Torres del Paine: 20 años del incendio que transformó la conservación del parque
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A dos décadas del incendio que consumió 15.000 hectáreas en Torres del Paine, su impacto aún se siente en la lenta recuperación del bosque nativo. El desastre impulsó cambios en la prevención de incendios y un plan de reforestación, que ha permitido restaurar parte del ecosistema.
El 17 de febrero de 2005, un incendio forestal comenzó a devastar el Parque Nacional Torres del Paine, impulsado por fuertes vientos de hasta 100 km/h. El fuego se inició en el desagüe de Laguna Azul, cuando un turista checo volcó una cocinilla en un área no habilitada. En pocos días, las llamas arrasaron cerca de 15.000 hectáreas, afectando estepas, matorrales y bosques nativos de lengas y ñirres, cuya recuperación es extremadamente lenta.
El impacto ecológico fue devastador. Se estima que 10.000 hectáreas del área quemada estaban dentro del parque y el resto en estancias vecinas. De ellas, 1.500 hectáreas correspondían a bosques, principalmente de ñirre. La destrucción de estas áreas alteró la base del ecosistema, afectando la regeneración natural y la fauna que dependía de esos refugio.
El combate contra las llamas movilizó a 800 personas, incluyendo brigadistas de Conaf, el Ejército, la Armada y refuerzos argentinos del Consejo Agrario Provincial. Sin embargo, los fuertes vientos y las condiciones secas permitieron que el incendio se propagara rápidamente, volviéndolo incontrolable en las primeras jornadas. Las operaciones de extinción se prolongaron por 12 días, pero la fase de “liquidación” se extendió hasta fines de abril, cuando las nevadas lograron apagar los focos de fuego subterráneo, un fenómeno que dificultó la recuperación de la zona.
Las consecuencias económicas también fueron graves. Hosterías y operadores turísticos sufrieron cancelaciones masivas y la imagen internacional del parque se vio afectada. A su vez, el impacto del incendio llevó a revisar los protocolos de seguridad, lo que derivó en cambios estructurales en la prevención de incendios forestales en Torres del Paine.
Mejoras en la
respuesta a incendios
A dos décadas del desastre, se han implementado cambios significativos en la prevención y combate de incendios. “Cambiaron los protocolos, principalmente porque el apoyo interregional llega casi de inmediato. En esa época tardaba tres días en llegar ayuda de otra región”, destacó Michael Arcos, director (s) de Conaf Magallanes.
Además, la gestión del parque ha incorporado tecnología de detección temprana, con cámaras de vigilancia y un sistema de alerta. Se han desplegado dos helicópteros especializados, uno en Torres del Paine y otro en Punta Arenas, que permiten lanzar agua y transportar personal de forma más eficiente. Hoy, 110 brigadistas trabajan en 12 brigadas distribuidas desde Torres del Paine hasta Puerto Williams.
Restauración ecológica
y futuro del parque
Como medida de reparación, la embajada de República Checa colaboró con la construcción de invernadores en el Vivero Forestal Dorotea en Puerto Natales. Gracias a este semillero, se han producido y plantado más de un millón de lengas, permitiendo reforestar 460 hectáreas afectadas tanto por el incendio de 2005, como por el incendio de 2011-2012.
En junio del año pasado, Conaf concluyó la plantación de 20.000 lengas en un bosque nativo del sector de Laguna Azul, afectado por el incendio de 2005, cerrando el convenio entre esta entidad y el Ministerio de Obras Públicas.