Alemania vuelve a ser conservadora
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El partido conservador de la Unión Cristiano demócrata (CDU), encabezado por Friedrich Merz, se alza con el poder con claridad, confirmando los resultados que vaticinaban los sondeos desde hace meses.
Cuando Angela Merkel renunció al partido con el que fue canciller durante 16 años, Alemania perdió confianza en los democristianos conservadores y apostó por los socialdemócratas. Pero no ha durado ni un ciclo electoral completo. Menos de cuatro años después, el pueblo ha vuelto a depositar su confianza la Unión Cristianodemócrata (CDU).
Según la última proyección de la cadena pública ARD, la Unión Democristiana / Unión Socialcristiana bávara (CDU/CSU) de Merz ha obtenido un 28,5% de votos, seguida de la extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD) con un 20,6%, casi el doble que en las elecciones de 2021. En tercera posición ha quedado, con un 16,5%, el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz, que abandonará el cargo antes de agotar la legislatura —las elecciones fueron adelantadas— y se convertirá en el jefe de Gobierno más breve desde Kurt-Georg Kiesinger en los años sesenta. Los Verdes son cuartos con casi un 12%. Y La Izquierda obtiene un 8,7%. La participación ha sido de un 84%, la mayor desde la reunificación alemana en 1990.
Con casi un 29% de los votos (más incluso que los que consiguió Scholz en 2021, a falta de que se confirmen los resultados definitivos), las elecciones alemanas confirman los datos que los sondeos llevan vaticinando desde noviembre, cuando el hasta ahora canciller, Olaf Scholz, perdió la cuestión de confianza y adelantó las elecciones, que debían haber sido dentro de siete meses, es decir, en septiembre.
Así, a pesar del poco tiempo que los partidos tuvieron para preparar sus programas electorales, los votantes han decidido volver a la fórmula que funcionó durante 16 años con la esperanza de recuperar el rumbo económico de una Alemania que se encuentra en recesión.
Tras el cierre de urnas a las siete de la tarde de ayer, los sondeos a pie de calle ya confirmaban lo vaticinado por los sondeos, una victoria para Merz y una alegría para Merkel, a esperas de conocer con qué partidos formará alianzas su partido.
El reto de Merz será unir a la CDU, convencer más allá de su propio campo y demostrar que es capaz de gobernar un país en plena transformación. Si lo consigue, pasará a la historia como el hombre que inició una nueva etapa en Alemania tras la era Merkel. Si fracasa, pasará a la historia como el eterno rival de la canciller, el hombre que esperó demasiado su momento.
El hundimiento de
los socialdemócratas
Scholz perdió el control de su Gobierno de coalición, la famosa alianza conocida como “la coalición semáforo”, cuando despidió a su ministro de finanzas, Christian Lindner, quien además era el líder del partido FDP.
Una recesión económica sin frenos le llevaba pisando los talones durante los últimos dos años, en los que, por primera vez desde antes de que Merkel llegase al poder, el país dejaba de ser la locomotora de Europa. La guerra de Ucrania, que ha golpeado mucho a un país que dependía en gran medida del gas ruso, estalló poco después de que llegara al poder, y ya nunca pudo remontar una situación adversa. Las urnas le han castigado sin medias tintas: el partido alcanzó el 16% de los votos, una caída en picado del 25,74% que logró en 2021. Es el peor resultado de esta formación desde su fundación en 1887.
Desde entonces, tanto en la República de Weimar, en el periodo de entreguerras, como en los más de 75 años de la República Federal, los socialdemócratas siempre superaron el umbral del 20% de los votos.
Otro gran derrotado en estos comicios son Los Verdes, socios de Scholz en el gobierno, que apenas alcanzan el 13,5% de los votos.
Así, los socialdemócratas han pasado de ser la principal fuerza política, ganadora de unas elecciones generales, al tercer puesto del podio, superados incluso por la ultraderecha, que ha logrado el 20% de los votos.
En duda: la coalición
Con la grave situación económica que enfrenta el país germano por la dependencia del gas ruso y las exportaciones de china, la última duda que queda es saber con quién formará alianzas Merz ahora que la ultraderecha es la segunda fuerza política.
El líder del CDU ha apostado por negociaciones rápidas de coalición: “Vamos a hablar con los posibles socios para formar un Gobierno tan pronto como sea posible”. La ultraderecha, en un inicio, no estará dentro de estas conversaciones.
Así lo ha declarado en la sede de la Unión Cristianodemócrata (CDU) en Berlín, consciente de las grandes diferencias que separan ideológicamente a los partidos en temas como migración o medidas económicas. “El mundo no espera por nosotros”, ha añadido, desatando el júbilo de los presentes.
Infobae
La ultraderecha
se ofrece
Alice Weidel, candidata a canciller por Alternativa por Alemania (AfD), por su parte, ha celebrado el resultado, histórico para la ultraderecha en Europa: cerca del 20% de los votos, el doble que en los antiguos comicios. El partido ha pasado de ser considerado un paria en el país —de esos que apoya alguna gente, pero le da vergüenza decirlo— a estar a punto de convertirse en la principal fuerza de la oposición.
Weidel ha anunciado su disposición para participar en la formación de un Ejecutivo. Sin embargo, la oferta no tiene ninguna posibilidad de cumplirse, ya que el resto de los partidos descartan de forma rotunda gobernar con AfD.