La inquietante violencia intrafamiliar
No muy alentadoras son las cifras en materia de violencia intrafamiliar conocidas este lunes a través del Centro de Estudios y Análisis del Delito, organismo dependiente de la Subsecretaría de Prevención del Delito.
A decir del informe estadístico, en el último año la Región de Magallanes registró 1.212 denuncias por violencia intrafamiliar, lo que revela un aumento respecto de las 1.134 conocidas en 2023.
Como ha sido tónica, las mujeres continúan siendo las principales víctimas, con 895 denuncias. Otras 15 afectaron a niños y niñas, y 18 a adultos mayores.
Las agresiones al interior de los hogares, sobre todo estás con una connotación especial por el grado de violencia, constituyen un fenómeno negativo en cualquier comunidad. Eso en lo que respecta a los casos denunciados, porque muchos otros, principalmente por temor, permanecen entre cuatro paredes.
Siendo las mujeres y los niños las principales víctimas de la violencia intrafamiliar, objeto de agresiones por parte de hombres que abusan de una posición dominante, ya sea por superioridad física o por dependencia económica, resulta fundamental que las autoridades no bajen la guardia en lo que concierne a la prevención de este delito, que, en las situaciones más graves puede, incluso, acarrear consecuencias fatales.
La violencia intrafamiliar deja entre quienes la sufren notorias secuelas psicológicas, que, por ejemplo, marcarán el futuro de los menores que deben soportarla. Por eso es importante insistir en la necesidad de alentar la denuncia: que más víctimas levanten la voz dando a conocer la situación angustiante por la que está atravesando. Porque, generalmente, las agresiones más violentas, las mismas que muchas veces se informan en los medios de comunicación, son el punto cúlmine de una seguidilla de situaciones de violencia en una familia que no fue detenida a tiempo.