Cerró sus operaciones la Base Yelcho hasta la próxima temporada
Con el cierre de la temporada estival, la Base Yelcho del Instituto Antártico Chileno (Inach) en el continente helado, finalizó sus operaciones con un balance positivo en el marco de la 61° Expedición Científica Antártica.
Ubicada en la isla Doumer, Archipiélago Palmer, la base albergó este año a 17 personas, quienes participaron en diversas investigaciones científicas y tareas logísticas.
El jefe de la base Yelcho, David Domenech, destacó que se lograron cumplir los objetivos planteados para esta temporada. “Los investigadores completaron sus trabajos, los de buceo, los de la Universidad Técnica Federico Santa María, los de la Usach y los del Inach. Con las muestras obtenidas se harán análisis y, desde el punto de vista logístico, que es mantener la operatividad en la base y mejoras, también se cumplieron al 100%”, explicó.
Entre los proyectos desarrollados, sobresalieron la instalación de estaciones de monitoreo de la Red de Sensores del Observatorio Antártico de Cambio Climático, el análisis de fuentes de contaminación liderado por el Dr. Francisco Cereceda (UTFSM) y los estudios sobre ecosistemas intermareales a cargo del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (Centro Ideal).
La Base Yelcho se encuentra en una zona privilegiada para estudios marinos y oceanográficos, al estar emplazada en una bahía protegida, rodeada de glaciares y con cercanía a poblaciones de vegetación submarina y terrestre.
En ese contexto, la embarcación Pepe I, utilizada en las operaciones, permitió extender el alcance de las investigaciones hasta la base chilena Gabriel González Videla y la base estadounidense Palmer.
Tras el cierre de la base a finales de febrero, esta permanecerá inactiva hasta la próxima temporada. “Lo más probable es que vuelva a abrir a fines de noviembre o diciembre, para continuar con actividades de monitoreo ambiental, de nieve y trabajos de buceo”, detalló Domenech.
Finalmente, el jefe de la Base Yelcho resaltó el interés creciente de la comunidad científica por este lugar. “Seguramente va a seguir siendo una zona muy solicitada por investigadores, porque representa un área prístina, con poca intervención humana y con una fauna y características ambientales únicas”, concluyó.