“La rentabilidad de la ganadería en estos últimos 5 ó 6 años ha disminuido fuertemente”
- En entrevista con Pulso Económico conversó sobre el cierre del Frigorífico Maclean, la puesta en marcha del retén de Kon Aiken, el cual a su juicio no ha logrado los resultados que esperaba, y el impacto del guanaco en la actividad pecuaria.
Marcos Sepúlveda Loyola
“El discurso de Expogama es donde me desquito con la vida”, confiesa Gerardo Otzen, quien el próximo 9 de marzo realizará su tradicional discurso en el cierre de la Exposición Ganadera de Magallanes, donde realiza un repaso de lo que fue el año para el mundo pecuario. Reconoce que 2024 fue mejor que 2023 en materia de precipitaciones, lo cual permitió llegar con una mejor calidad de pasto a la temporada veraniega, pero aún la ganadería regional se encuentra en Uci.
El abigeato, los bajos precios de la lana en los mercados internacionales, el impacto del perro asilvestrado, la caída de las cabezas de ganado y el presunto sobrepoblamiento de guanacos siguen siendo algunos dolores de cabeza para el mundo pecuario.
– ¿La situación de abigeato se ha mitigado o controlado con la reposición del Retén de Kon Aiken?
– “No. Lamentablemente era algo que aspirábamos desde hace mucho tiempo, que se retomara ese trabajo, pero ha sido inconstante. No es permanente la atención o el control que se hace allí por parte de Carabineros (…) Entendemos que hay una baja dotación de Carabineros en la región. Esperamos que se retome de una vez por todas el control del 100%, como era hace 10 años”.
– “El abigeato está desde que llegó la primera oveja y es un problema incontrolable. En estos momentos de crisis, cualquier factor que juegue en contra de la rentabilidad es preocupante. Además, también hay un factor de no notificación, lo que juega en contra de visibilizar este delito”.
– ¿Por qué hay ganaderos que no notifican un abigeato?
– “Porque se aburrieron de todo el trámite que implica la notificación. Haces la denuncia al carabinero o a la PDI, pero no se toman medidas inmediatas; a la semana o dos semanas va alguien a tu predio y te pregunta otra vez”.
– “El abigeato no es como entrar a robar a una casa, donde te das cuenta de inmediato. Aquí estamos hablando de miles de ovejas que están libres en un terreno de mil hectáreas. No podemos contarlas todos los días porque es ilógico, entonces cuando nos damos cuenta de que faltan 200 ovejas, han pasado varios días (…) Esas ovejas se convierten en faenamiento clandestino o terminan poblando otras estancias”.
Otzen cuenta que está trabajando con algunas empresas para desarrollar un proyecto de collares georreferenciados con el objetivo de detectar si un animal sale del predio.
“No podemos ponerle a todas las ovejas porque es carísimo, pero sí a una cierta cantidad”, añade. No quiso revelar con qué entidad está trabajando, pero reconoce que ha sido difícil, ya que “los precios son tan altos que no pagan lo que se roba”. Explica que la duración de la batería de estos collares es uno de los factores que encarece el costo.
“Algunos creen que nosotros somos millonarios”, dice al hablar sobre los costos de estos collares y la percepción de las empresas sobre los ganaderos magallánicos. “Si piensas en un capital de 3.000 o 4.000 millones de pesos, al ponerlo en un banco ganarías mucho más que lo que ganamos nosotros como ganaderos”, indica. Según Otzen, dentro del mundo ganadero existe un miedo a ser el responsable de vender el campo que “tanto esfuerzo le costó a tu padre armar”.
Faenamientos
– Según cifras entregadas por el Sag, el año pasado se faenaron menos animales que en 2023. ¿A qué se debe esta situación?
– “Se debe a la baja dotación de animales que se viene registrando desde 2019. Yo no quiero ser majadero, pero hay que recordar que el censo pecuario de 2009 determinó que había 2 millones 200 mil ovinos en la región, mientras que, en 2021, el mismo censo indicó que había 1 millón 400 mil. Esa diferencia, lógicamente, se ve reflejada en menos ovejas, por lo tanto, menos corderos”.
– ¿Cómo repercute esta caída en la práctica para los ganaderos?
– “Para nosotros, la venta de cordero representa el 60 ó 70% de nuestros ingresos. Con un mercado de lana deprimido, especialmente en razas como la Corriedale, esto representa casi el 90% de los ingresos. Claro que nos vemos afectados; la rentabilidad de la ganadería en estos últimos 5 ó 6 años ha disminuido fuertemente”.
– ¿Qué impacto tiene para el sector ganadero el cierre del Frigorífico Maclean?
– “Afecta negativamente, por supuesto. El Frigorífico Maclean tiene dos temas relevantes. Primero, que era un exportador de cordero (…) Llegó a faenar 50 mil corderos y terminó con 30 mil, y eso afecta porque hay menor competencia entre las plantas, lo cual es clave para mejorar los precios. Y segundo, era el único comprador de liebre y guanaco (…) Tenía una cuota de caza de guanaco de 2.000 a 3.000 al año, lo que ayudaba a mitigar la sobrepoblación”.
– ¿Este cierre podría incidir en una menor tasa de faenamiento?
– “No, los otros mataderos tienen capacidad suficiente para absorberlo. Todos los mataderos tienen una capacidad mayor a la que están faenando hoy. De hecho, podrían faenar un tercio más de lo que se faena en un año normal, así que no, no va a afectar en nada”.
Guanacos
– ¿Sigue sosteniendo que en Magallanes existen más de 500 mil guanacos, siendo que el Sag indica que son 250 mil?
– “Son diferentes formas de determinarlo. Los datos del Ministerio de Agricultura no están mal hechos, pero en la región el guanaco vive en el bosque y el censo se realiza desde un auto, contando los guanacos que se ven en el camino”.
Otzen define que el problema con el guanaco radica en que estos se comen el pasto de los campos destinados a la regeneración, lo cual disminuye la cantidad de alimento disponible para el ganado. Para enfrentar esta situación, han trabajado con el Ministerio de Agricultura y el Sag en la reducción de costos y requisitos para la caza.
Antes, las empresas debían realizar censos costosos para sustentar la caza del guanaco, pero ahora el Estado proporciona los datos necesarios. Además, se eliminó la exigencia de una doble inspección veterinaria en faenamiento de esta especie permitiendo que se realice sólo en mataderos, siempre resguardando el control sanitario.
“Tenemos que incentivar a las plantas de faenamiento para que aprovechen la cuota de caza autorizada, pues muchas operan sólo entre diciembre y mayo”, indica Otzen quien espera que se fomente el consumo local de esta carne como alternativa de proteína magra.
Hidrogeno Verde
– ¿Es cierto que algunos ganaderos ya no están arrendando sus predios a la industria del hidrógeno verde?
– “He escuchado ese rumor, pero no conozco a ningún ganadero en esa situación. Puede suceder, porque esto se ha demorado demasiado”.