Papa Francisco no tiene fiebre, pero sigue necesitando ventilación mecánica no invasiva
El Papa Francisco no tiene fiebre, pero sigue necesitando ventilación mecánica no invasiva. El pasado viernes se cumplieron dos semanas desde que fue hospitalizado el 14 de febrero en el hospital Policlínico Gemelli de Roma. Tras su última crisis de broncoespasmo, las condiciones clínicas del papa han recuperado cierta estabilidad, pero sigue requiriendo ventilación mecánica no invasiva, según informa el Vaticano.
A lo largo del día de ayer, alternó este tipo de ventilación con el tratamiento de oxígeno de altos flujos por cánulas que había estado siguiendo en los últimos días, y ha mantenido siempre una buena reacción a los intercambios gaseosos. No tiene fiebre y no ha vuelto a sufrir nuevos episodios de broncoespasmo. Ayer sábado, “el Santo Padre está apirético (es decir, sin fiebre) y no muestra leucocitosis (recuento alto de glóbulos blancos, lo que generalmente indica una infección)”, informa el Vaticano en su último parte de salud.
Fuentes vaticanas apuntan que los médicos mantienen una cierta cautela para sacar conclusiones definitivas sobre su estado, que continúa siendo delicado. También se toman horas para evaluar las consecuencias de la crisis de broncoespasmo sufrida el viernes por la tarde, por lo que el equipo médico sigue manteniendo un pronóstico reservado. De hecho, el viernes se dieron entre 24 y 48 horas para evaluar si había un empeoramiento.
Sus parámetros hemodinámicos (relacionados con la sangre) se han mantenido estables, ha podido comer alimentos sólidos y ha participado activamente en la fisioterapia respiratoria que lleva ejercitando desde hace días. Su estado anímico es bueno. La Santa Sede informa que Jorge Bergoglio está orientado y consciente, y que, de hecho, esta tarde ha recibido la eucaristía y después se dedicó 20 minutos a la oración en la capilla del hospital, lo que indica que se puede mover, aunque con cierta dificultad, similar a la que presentaba antes de ser ingresado. Hoy se dedicó a descansar y recuperarse, sin realizar actividades de trabajo, como había estado haciendo en días anteriores.
El pontífice sufrió un broncoespasmo con inhalación de vómito que obligó al equipo médico a intervenir rápidamente con una broncoaspiración y ventilación mecánica no invasiva. Esta noche pasó tranquila y ahora está descansando, según el Vaticano.
El Papa Francisco fue hospitalizado el 14 de febrero a causa de una infección respiratoria polimicrobiana (una mezcla de virus, bacterias y otros organismos), que pronto se confirmó como neumonía bilateral en ambos pulmones, lo que requirió medicación adicional.
Infobae