Trabajos contratados por el Serviu en la techumbre del edificio Don Bosco generan filtraciones en sala de máquinas
Largos meses de correos sin soluciones concretas han tenido a la comunidad de los vecinos del histórico edificio Don Bosco con improvisados planes ante la lluvia. Habían adjudicado un proyecto de mejoramiento para el edificio, realizado por el Serviu, sin embargo luego de la entrega se han registrado constantes problemas de filtraciones de aguas en la sala de máquinas del edificio. Dado que se encuentran generadores y múltiples circuitos, la única alternativa ha sido colocar una lona de nylon, mientras esperan alguna respuesta del servicio.
En el presente, la comunidad ha enviado diversos correos, tanto a la empresa contratista, como al encargado del proyecto y al Serviu. No se han entregado soluciones al problema y las filtraciones, lejos de cesar, sólo han ido en aumento. Frente al previsible aumento de las precipitaciones con la llegada del otoño e invierno, la preocupación ha ido igualmente al alza.
Subimos hasta la sala de máquinas del edificio y la escena parece extraída de una exposición artística experimental. Una lona de campaña colgaba desde los techos, reforzada por una segunda capa de nylon. Desde esa misma techumbre se filtran las aguas, lo que queda manifiesto en el deterioro de las pinturas. El ruido incesante de las máquinas, los generadores expuestos al agua, el calor de los motores, las luces titilantes, todo daba cuenta de una situación irregular y a medio terminar.
Desde la administración del edificio relatan a La Prensa Austral que frente a la ausencia de respuestas, ya tienen un sistema diseñado cuando llueve. El conserje más antiguo ya sabe que si llueve fuerte tiene que ir presencialmente hasta el edificio, bajar en su auto, verificar las lonas, y dar el aviso al conserje de turno.
Los trabajos fueron entregados el año pasado y desde julio de 2024 que empezaron las primeras goteras y filtraciones con las lluvias. Por aquél entonces el conserje de noche, estudiante de ingeniería en construcción, dio con la idea del sistema de lonas. Las dos lonas reciben el agua y la van direccionando a los baldes de agua. Estos se tienen que ir revisando y cuando estén cerca de colapsar, es arrojada el agua hacia fuera del edificio.
El edificio Don Bosco tiene más de 50 años y las instalaciones de los ascensores se ven amenazadas por este negligente trabajo y la ausencia de respuestas. Pese a tener todas sus mantenciones al día, dada la antigüedad de las instalaciones, ya no existen repuestos en el mercado. Por tanto, en caso de que se estropeen, el daño hacia la comunidad sería irrecuperable.
Cabe señalar que en ocasiones anteriores estos trabajos momentáneos han cedido frente a las inclemencias del tiempo, generando situaciones que revisten mayor gravedad, dado que en la sala de máquinas también está el sistema de alimentación eléctrica del edificio. Por si fuera poco, especialistas han comentado que dado el calor que se genera en la azotea, el sistema de lonas también pone en peligro las instalaciones, por lo que solo queda la espera de una solución definitiva por parte del Serviu.