Estados Unidos anunció aranceles de 200% a bebidas alcohólicas europeas

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un arancel del 200% sobre el vino, champán y otras bebidas alcohólicas europeas si la Unión Europea no revoca su arancel del 50% al whisky estadounidense. La medida responde a la decisión de la UE de gravar el whisky en represalia por los aranceles al acero y aluminio europeos. Trump calificó a la UE como “abusiva” y afirmó que la medida beneficiará a los productores estadounidenses.

Los aranceles afectarán principalmente a vinos, champán y cervezas importados de la UE, un mercado clave para EE.UU. Según Statista, el país importa 6.35 millones de hectolitros de vino europeo anualmente. El anuncio tuvo un impacto inmediato en los mercados: las acciones de Pernod Ricard cayeron un 3,2%, las de Rémy Cointreau un 3,8% y las de LVMH, propietaria de marcas como Moët & Chandon y Veuve Clicquot, un 1,9%.

El arancel del 50% impuesto por la UE forma parte de una serie de represalias comerciales. Según Eurostat, las exportaciones de vino de la UE a EE.UU. alcanzaron los 4.900 millones de euros en el último año, representando el 29% de las exportaciones totales del bloque. Francia e Italia serían los más perjudicados, pues en conjunto representan cerca del 90% de estas exportaciones. En contraste, las exportaciones de vino y champán de EE.UU. suman solo 1.000 millones de dólares, una fracción del comercio europeo en este sector.

El conflicto comercial ha generado reacciones en la UE. La Comisión Europea confirmó que su ministro de comercio ha iniciado conversaciones con EE.UU. para evitar una escalada. Sin embargo, representantes del sector de bebidas han criticado la medida, argumentando que perjudica a ambos mercados. USA Today informó que asociaciones de la industria advirtieron sobre los riesgos para el comercio entre ambas regiones.

Desde el inicio de su mandato, Trump ha usado los aranceles como una herramienta clave de su política comercial. Su administración impuso tarifas del 25% a las importaciones de acero y aluminio de Canadá, lo que desató represalias de hasta 20.000 millones de dólares.