Niños con síndrome de Down entrenan para los Parapanamericanos
- A través de este deporte, la instructora Vanessa González fomenta la integración, el desarrollo físico y la autoestima de niños con síndrome de Down, impulsándolos hacia competencias internacionales.
Desde hace dos años, la instructora de karate, Vanessa González Araya, trabaja de manera voluntaria con niños con síndrome de Down en la capital regional, impulsando su participación en este arte marcial bajo la modalidad de para-karate.
Tiene niños que se han destacado y se han integrado de manera excelente con sus otros alumnos, entrenando cuatro veces a la semana. Estos niños han competido y logrado medallas, y su sueño es que, cuando lleguen a los 16 años, puedan participar en los Parapanamericanos en Santiago. “Ellos tienen 9 años recién, pero saben desenvolverse bien y también como familias se sienten muy contentos con esta oportunidad”, contó Vanessa González.
Uno de los alumnos más comprometidos de Vanessa es Martín Alonso Navarrete, de nueve años. “Martín ya no asistía solo los domingos, ahora entrenaba en el club de karate con otros niños y participó en varios torneos”, comentó la profesora.
Su madre, Katia Melipillán Subiabre, destacó el impacto positivo que tuvo el taller en su hijo: “Si no hubiese sido por el taller, Martín no habría estado en el club. Descubrimos que le gustaba el karate, y fue una gran experiencia. Se integró bien con sus compañeros y demostró un gran avance, logrando medallas en la disciplina”. Martín entrenaba cuatro veces a la semana y toda su familia estuvo involucrada en su proceso.
Por su parte, Paola Mella, madre de Agustina Wheeler Mella, de ocho años, destacó los beneficios del karate en el desarrollo de su hija: “Para nosotros fue maravilloso cuando Vanessa nos invitó a participar. Este deporte fue fundamental para el desarrollo de los niños, tanto en la inclusión como en lo físico y emocional”, comentó. Agustina mejoró su equilibrio, coordinación y fortaleció su musculatura gracias a esta actividad. “Agustina sabía que los domingos era su clase de karate y siempre quería ir”.
María Teresa Acuña Chiu, madre de Mei Li Chiu Reyes, de 12 años, también destacó los beneficios del karate: “Mi hija participó más de forma individual, pero estaba fascinada. Le sirvió mucho para la motricidad y también para la disciplina y la responsabilidad”, añadió.
Paloma Jorquera, de 12 años, también tuvo una experiencia positiva en el taller. Su madre, Maritza Elgueta, recordó cómo Vanessa llegó a Patagonia Inclusiva: “Ella nos encontró por internet y nos escribió por Instagram. Nos ofreció hacer clases gratuitas y desde entonces hemos sido parte del taller”.
Maritza valoró el impacto que el taller tuvo en su hija, destacando que, para los niños con síndrome de Down, la hipotonía requiere un constante acondicionamiento físico. Comentó que muchos de estos niños deben ir a kinesiología, pero en el taller, realizaban ejercicios en un espacio que les gustaba y que también les enseñaba disciplina, responsabilidad y trabajo en equipo. Paloma, además, participó en torneos. Maritza explicó que Paloma tiene sensibilidad acústica y le molestan los aplausos, pero con el apoyo de Vanessa, encontraron una solución: en sus presentaciones, en lugar de aplaudir fuerte, la gente movía las manos en señal de aplauso, lo que la ayudó mucho.
El sueño de Vanessa González es que sus alumnos sigan creciendo en el para-karate y puedan llegar a instancias de competencia mayor.