“Esto es una invención de Impuestos Internos, no hay fraude y nunca se engañó a nadie”

• – “Este es un tema que se está discutiendo hace ocho años en los tribunales civiles. Esto jamás debió formar parte de una querella porque aquí no hay fraude”, sostuvo el abogado Germán Ovalle Lamadrid.

Edmundo Rosinelli

erosinelli@laprensaaustral.cl

Egresado hace 25 años de la Universidad de Chile. Lleva 30 años trabajando en el mismo estudio de abogados. “Treinta y uno para ser más exacto”, corrige Germán Ovalle Lamadrid, el abogado que encabezó el equipo jurídico que asesora a la familia Nandwani.

Tiene varios postgrados. El primero fue en Derechos Penales y Ciencias Penales en la Universidad de Barcelona. Luego se doctoró en la Universidad de Barcelona, con una tesis sobre el delito de simulación de contrato.

“Después hice otro magister de Administración de Empresa y dos postdoctorados en la Universidad de Santiago de Compostela y en la Universidad de Salamanca”, recuerda.

Actualmente es profesor de Derecho Penal en la Universidad de Chile, adscrito como profesor asociado del Departamento de Derecho Penal y de Derecho Procesal Penal.

Desde el año 2011 que es docente. Primero en la Universidad Católica del Norte; luego en la Universidad de San Sebastián y nueve años en la Universidad de Los Andes.

Nandwani

Entrando de lleno en el tema que tiene tan conflictuado judicialmente a los hermanos Laju y Sunil Nandwan Vaswani, con una querella del Servicio de Impuestos Internos y una formalización de cargos, por declaraciones maliciosamente falsas, Ovalle dice que “este es un caso muy interesante, porque lo que hace Sociedad Real, prácticamente desde que se amplió la Zona Franca de extensión a Coyhaique y Palena, algo que ocurrió entre el año 2004 y 2005, fue abrir una sucursal en Coyhaique y vender vehículos allá. Ellos representan a más de 18 marcas acá en la Zona Franca primaria”, señala y agrega:

“Al amparo de una resolución explícita del Servicio Impuesto Interno, la número 82 del año 2004, que regula perfectamente esto, comenzaron a vender autos allá. Llevan más de 15 años en esto. Incluso uno se los compró el propio Servicio de Impuestos Internos. Además de municipalidades, y autoridades”.

Precisa que “la característica de estos vehículos es que tienen la restricción que impone la Zona Franca de extensión. Se ocupan siempre hasta que mueren esos vehículos en la Zona Franca de extensión y, por ende, no se paga Iva. De lo contrario, se compra un auto internado para el resto del territorio nacional, liberado”.

Entonces repara en que “Impuesto Internos, por el 2015, dijo no. Que el auto físicamente debía estar, al momento de la venta, en el recinto primario, en la zona franca de Punta Arenas. Esto es todo lo que hay detrás de esto”.

“Nosotros tenemos la convicción -prosigue- de que el Servicio de Impuestos Internos está absoluta y radicalmente equivocado en la interpretación. Y se lo hemos hecho ver con su propia resolución y con leyes, con normas. Muchas que indican que el impuesto solo se paga cuando usted compra un auto que no tiene restricción de Zona Franca”.

Un precedente

Consultado si la justicia esté llamada a marcar un precedente cuando esto se falle, la respuesta de Ovalle es que “el precedente no lo va a marcar la justicia penal. Aquí tenemos dos recursos de casación en el fondo pendientes en la Corte Suprema. Tenemos una excepción de nulidad frente a unos giros de ocho grupos de vehículos. Y recién estamos iniciando un reclamo administrativo voluntario respecto del último grupo de vehículos. Está dividido en tres anualidades. Yo creo que esto lo tiene que dirimir la Corte Suprema. No se va a dirimir acá, porque aquí no hay delito. Esto es una invención de Impuestos Internos. Aquí no hay fraude. Nunca se engañó a nadie”.

“Lo que le irrita al servicio es que el auto físicamente no haya estado al momento de la venta en el recinto primario, en la Zona Franca primaria. Pero el auto se vendió con restricción y, por ende, sin Iva”.

“Este es un tema que se está discutiendo hace ocho años en los tribunales civiles. Esto jamás debió formar parte de una querella porque aquí no hay fraude”, sostiene.

“Cada vez que contrato a alguien

me llegan 300 ó 500 currículos”

Leyes es una carrera que antiguamente impartían algunas universidades estatales. Hoy el abanico se abrió al mundo de las casas de estudio privadas y esto generó un aumento explosivo de egresados.

La visión de Germán Ovalle sobre este tema es que “ahora vamos de vuelta en la curva. Estamos a la baja. Creo que eso es positivo. Creo que la carrera ha ido modificando su malla hacia la especialización. Y eso es muy positivo. Pero hay tremendos desafíos por delante con la inteligencia artificial, que impacta en todas las áreas. Particularmente la corporativa. Pero también va a entrar muy fuerte en el área de la litigación. Sobre todo, en los delitos complejos para efectos de análisis de gran cantidad de información y, eventualmente, también como herramienta coayudante en la litigación misma”.

Ovalle no se anda con chicas: “Cada vez que contrato a alguien me llegan 300 ó 500 currículos. Aunque acá también hay algo que critico bastante, y es el tema generacional. Por un lado, los nuevos abogados no los siento con la suficiente hambre como para aprender. Porque esto es una carrera esencialmente práctica. Que se aprende haciendo. Y eso, bueno, produce cierta perplejidad en los que somos más antiguos. Es un cambio muy radical entre las nuevas generaciones versus las antiguas. En realidad, antes abrazábamos el trabajo de una manera más devocional. En las nuevas generaciones, no lo veo así”.

Añade: “No estoy calificando que sea bueno o malo ser más trabajólico que las actuales generaciones, pero hay un choque generacional muy fuerte en eso. Quizás es positivo que busquen los espacios de esparcimiento. Pero ahí hay algo”.

Farandulización

Sobre la farandulización y protagonismo que han tomado los abogados, con una fuerte exposición y filtraciones en los medios, Ovalle lo atribuye a un fenómeno global.

“Siempre hay una cierta hambre social por saber si castigaron o no a tal o cual persona y eso ha aumentado y exacerbado con las redes sociales. La gente tiene ansias de saber lo que ocurre respecto de determinadas personas, si son o no tan culpables”.

Consultado por las llamadas filtraciones, tan de moda hoy en día, las considera un cáncer. “Porque lo que se ha filtrado son cosas que no debieron nunca haberse filtrado”.

Es tajante en señalar que “no hay derecho a inmiscuirse en la esfera privada, íntima, de las comunicaciones. Cuando se rompen esos límites creo que estamos generando un vicio del proceso irreversible. Una afectación irreversible a las garantías de la persona que lo sufre”.