Hija se querelló porque su madre murió mientras esperaba atención médica en el hospital

Una querella criminal por un cuasidelito de negligencia médica en contra de quienes resulten responsables, interpuso este viernes Paulina Reyes Pizarro, hija de Ernestina Pizarro, la mujer de 72 años que murió cuando esperaba atención médica en el Hospital Clínico de Magallanes. Aunque esto último lo desmintió en su momento la dirección del centro asistencial. A través de un comunicado dio cuenta de que “la persona no estaba esperando atención médica, ya que fue atendida en Box a las 21,07 del jueves 20 de marzo”.

De todas maneras pusieron en marcha una investigación interna “para revisar si los protocolos fueron aplicados correctamente”.

La querellante llegó ayer en la mañana al Centro de Justicia acompañada de su abogado patrocinante, Juan José Srdanovic.

Ese 20 de marzo, a las 22 horas, Ernestina Pizarro fue al Hospital Clínico en busca de atención médica debido a su deteriorado estado de salud.

“Pese a su evidente malestar, la atención que recibió fue insuficiente y deshumanizada, lo que culminó en su trágico fallecimiento las primeras horas del 21 de marzo por un edema pulmonar agudo”, plantea la presentación.

A través de la querella, la hija describe que una testigo que llegó al hospital con su hija, presenció el preocupante escenario. “En efecto, a las 23 horas, vio como Ernestina, aún con su silla de ruedas a medio levantar y su espalda descubierta, fue dejada en la sala de espera, sin el cuidado y la atención que su estado requería”.

“Visiblemente debilitada y en una situación precaria, quedó allí sentada, esperando durante más de una hora”.

La testigo describió el tiempo transcurrido, sin que se le brindara la asistencia necesaria a la mujer.

Cerca de las dos de la mañana la situación seguía sin cambios. “Doña Ernestina permanecía en la misma silla en la sala de espera, sin que nadie mostrara un interés real en su bienestar. A las 3,45 horas la testigo hizo un nuevo intento de acudir a la enfermera de turno para que la ingresaran, pero se encontró con la misma desatención”.

Finalmente, a las 5,25 AM del 21 de marzo, mientras la testigo se retiraba, notó con horror que la mujer adulta seguía en la misma posición, olvidada y vulnerada.

“La falta de atención, empatía y responsabilidad por parte del personal de salud y administrativos culminaron en un desenlace trágico: Ernestina Pizarro falleció alrededor de las 6 AM, diagnosticada con un edema pulmonar agudo, no sólo por su condición médica, sino también por el desdén y la deshumanización que sufrió en un lugar donde debió haber encontrado cuidado y compasión”.