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“La violencia que viven muchos de los jóvenes del país y que luego externalizan es un desafío que la sociedad chilena tiene que abordar”

Jueves 10 de Abril del 2025

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Lucas Ulloa Intveen

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La directora del Servicio Nacional de Reinserción Social Juvenil, Rocío Faúndez, estuvo esta semana en Punta Arenas en lo que ha sido su segunda visita a la región y la primera con la nueva institución ya funcionando. Mantuvo una intensa agenda de reuniones con el gobierno regional, delegación presidencial y otras instituciones, inaugurando un nuevo inmueble que será administrado por la Corporación Opción, además de visitas al Centro de Privación de Libertad y conocer la realidad local de primera mano. En términos generales, manifiesta tener una muy buena valoración del trabajo que se realiza en la Región de Magallanes caracterizada por la pequeña cantidad de jóvenes con los cuales se trabaja.

En toda la región hay 43 jóvenes, y los que están privados de libertad son sólo 4, lo que dista de las realidades en otras regiones del país. “Eso significa que se puede hacer un trabajo personalizado como el que tiene que hacer el servicio, pero por otro lado a veces las regiones que tienen pocos jóvenes se nos pierden en el panorama nacional frente a regiones que son más populosas o más complejas”, explica Faúndez.

Es por esto que se vuelve necesarias las visitas en terreno, a modo de “ver todas esas realidades y luego en Santiago poder tener conversaciones con los equipos respecto de cómo nos hacemos cargo de esas particularidades”.

El que Chile cuente por primera vez con una política y un Plan Nacional de Reinserción Social Juvenil, lo grafica como un gran avance que compromete a distintos sectores, como vivienda, salud, educación, deporte o cultura. “Implica que todo el Estado está comprometido con poder ofrecerles a estos jóvenes un cambio en su trayectoria”.

– ¿Cómo se va a materializar el trabajo en regiones, considerando sus particularidades?

– “Una vez que el Consejo de Ministros y Ministras apruebe el plan nacional de acción hay que ponerse a trabajar inmediatamente en cuál va a ser la bajada a la realidad de Magallanes y la Antártica chilena que se va a realizar acá. Cómo le vamos a dar cumplimiento a los compromisos que hemos trabajado a nivel nacional, pero por otro lado qué particularidades, si hay medidas adicionales que agregar”.

– ¿Cuáles son los lineamientos principales en este plan de acción nacional?

– “Tenemos diferencias importantes respecto del Servicio Nacional de Menores (Sename) y que son las apuestas que tenemos el compromiso de concretar. Somos un servicio que da acompañamiento durante seis meses una vez que el joven termina de cumplir su medida o sanción y eso nos permite estar ahí para ayudar a sostener los cambios y dejarlo conectado con redes, subsidios o con prestaciones municipales para poder continuar este camino alejado del delito; también tenemos la mediación penal juvenil, que es una medida donde para algunos delitos de menor gravedad, el joven y la víctima trabajan en conjunto para establecer un acuerdo de reparación y luego el mediador se asegura de que ese acuerdo se cumpla. Es algo muy novedoso en Chile, no existía en el sistema penal hasta ahora la mediación y si funciona bien con jóvenes eventualmente se podría utilizar también con adultos”.

“Y otra cosa que caracteriza el nuevo servicio es que a los organismos de la sociedad civil que ejecutan programas con nosotros, por ejemplo Corporación Opción, ya no les pagamos por joven atendido que era lo que hacía Sename. Lo que hace Protección implica un traspaso muy acotado de recursos y donde se espera que el organismo complete lo que cuesta la atención. Nosotros hoy día le estamos entregando a los privados el monto total que cuesta una atención de calidad y eso nos permite también después exigirles a ellos que cumplan con esa calidad”.

– ¿De qué manera contribuyó la experiencia del primer año de implementación del servicio en el norte?

– “El proceso nos ha demostrado que es un acierto la decisión que tomó el Ministerio de Justicia de ir implementando este servicio de manera gradual. Por supuesto que la realidad del norte y la del sur son sumamente distintas, pero por un lado pudimos ir aprendiendo de los procesos administrativos y técnicos. Entonces, por poner un solo ejemplo, las bases de licitación para los programas de este año sufrieron importantes cambios a partir de la experiencia que tuvimos en el norte que van a servir para hacer todo más expedito, para asegurar la calidad, para asegurar que podamos pagarle oportunamente a los organismos ejecutores”.

“Y por otro lado, que en el norte ya estemos viendo resultados de la mediación penal juvenil, del acompañamiento cuando los jóvenes terminan, que las normas técnicas del servicio ya estén en funcionamiento, permite que los equipos del sur puedan observar esa experiencia, aprender de esa experiencia, ya se han armado comunidades de aprendizaje. Entonces, por ejemplo, el profesional de mediación juvenil de esta región está en contacto con los profesionales de las otras regiones y pueden hacer análisis conjunto del trabajo que están haciendo”.

– En Magallanes se han visto muchas riñas con armas protagonizadas por menores. ¿Cómo observa esta situación el nuevo servicio?

– “Estamos llamados a ser un servicio especializado, tenemos la capacidad de trabajar tanto con la gran mayoría de jóvenes, que son jóvenes que cometen delitos de baja peligrosidad, donde muchas veces no hay armas involucradas, sino que son delitos contra la propiedad, pero también tenemos que tener la capacidad de trabajar con estos jóvenes que tienen historias más complejas, donde ya hay manejo de armas cortopunzantes o armas de fuego, donde hay historias de reincidencia también y yo creo que ahí está el desafío grande de cómo nos hacemos cargo de todas estas distintas realidades. Creo que la violencia que viven muchos de los jóvenes del país y que muchas veces luego la externalizan, es decir, jóvenes que han vivido historias violentas, luego muchas veces se comportan de manera violenta, es un desafío que la sociedad chilena en conjunto tiene que abordar”.

– ¿Cuál es el principal desafío en la implementación para la totalidad del país?

– “Creo que el principal desafío que tenemos es que a medida que nos aproximamos al cierre del gobierno hayamos hecho el trabajo tan bien que podamos entregar un servicio público robusto que esté presente en todo el país, que esté realizando todas las innovaciones que la ley nos mandata a realizar, y que de esa manera el compromiso que el Estado de Chile ha asumido, no sólo con estos jóvenes a los cuales les hemos prometido que los vamos a apoyar para cambiar su vida, sino que le hemos prometido a la sociedad que Chile va a ser un país más seguro si lo hacemos muy bien hoy día con los adolescentes, son promesas que tenemos que poder cumplir. Si logramos cambiar e interrumpir las trayectorias delictivas de estos jóvenes vamos a poder estar generando una sociedad más segura, calles más seguras, barrios más seguros y regiones más seguras también”.

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