Fungaltech, la startup biotecnológica que transforma residuos orgánicos en materiales sostenibles
En el corazón de la innovación sustentable, Fungaltech, una startup biotecnológica fundada por Lorenza Zanoni, está revolucionando la industria de los materiales al convertir desechos orgánicos en alternativas biodegradables y compostables.
Con el apoyo de instrumentos Corfo, como Semilla Inicia y Semilla Expande, la empresa logró un crecimiento exponencial, pasando de vender $100 mil a $17 millones en un año.
“Partió con bajitas ventas y hoy día está vendiendo a mercados internacionales como Panamá e Irlanda”, señaló la directora regional de Corfo, María José Navajas, quien responsabiliza de esto al impacto positivo que tuvieron los programas Semilla Inicial y Semilla Expande. “Les sirvió para validar cosas, pero también se dio cuenta de cosas que tenía que cambiar”, añadió.
Fungaltech utiliza micelios, la red filamentosa de los hongos, para transformar residuos orgánicos —que representan un tercio de los desechos en vertederos— en materiales resistentes, ignífugos y completamente biodegradables en 45 días. Este proceso reduce la contaminación por plásticos y tras ser utilizados reintegra los productos al ciclo natural.
¿Qué es un micelio?
Los micelios son la parte vegetativa de los hongos, compuesta por una red de filamentos delgados llamados hifas, que funcionan de manera similar a una raíz, aunque no lo son exactamente. Esta estructura, que suele desarrollarse en sustratos como madera, hojas, tierra o residuos orgánicos, forma una especie de malla subterránea que crece y se expande en busca de nutrientes. Destacan por sus notables propiedades: actúan como un aglutinante natural, permitiendo la creación de materiales compactos, resistentes, biodegradables, compostables y no tóxicos. Gracias a estas características, hoy se exploran como una alternativa sostenible para reemplazar plásticos, espumas sintéticas y aislantes, abriendo nuevas posibilidades en la fabricación de productos ecoamigables.
Entre sus aplicaciones destacan una alternativa al poliestireno expandido (EPS) para industrias como la vitivinícola y alimentaria, que funciona como empaque sostenible; almácigos flotantes y shelters para reforestación que optimizan el uso de agua, para la industria agrícola; y regalos corporativos a través de productos ecoamigables para empresas comprometidas con la sostenibilidad.
Fungaltech enfrenta el desafío de competir con materiales tradicionales, pero su apuesta por precios competitivos y su potencial de exportación, aprovechando la cercanía al puerto, la posicionan como un actor clave en la transición hacia una economía verde.
Biotecnología regional
Lorenza Zanoni, Ceo y multifacética emprendedora de Fungaltech, explicó que la idea detrás de su negocio fue “usar los micelios como poder aglutinante y los residuos orgánicos”. El comienzo fue a través del reciclaje de residuos orgánicos, buscando nuevas maneras de reutilizar este tipo de materia. “Empezamos a ver iniciativas en otros países y estaban ocupando el micelio como poder aglutinante. Entonces empezamos a hacer experimentos y postulamos a los programas para desarrollar nuevos materiales y presentaciones”, añadió.
Zanoni tiene formación en procesos industriales, además de un magíster en biotecnología. Actualmente, realizan paneles, embalajes, boyas para la industria acuícola y objetos decorativos para interior. “La primera parte fue con Corfo, pero ahora la misión es continuar este proyecto de manera sostenible en el tiempo”, enfatizó.
A través del trabajo y la experimentación, Zanoni ya tiene una “micoteca con 26 tipos de cepas; hay 10 que están en investigación y 2 que son submarinas. “Depende del tipo de micelio, hay mucha información sobre qué tipo de funcionalidad puede tener cada uno”, explicó Zanoni. Inclusive existen estrudios que relacionan estos micelios con materiales. “Se tienen que hacer pruebas para ver el tipo que se está utilizando y qué se quiere lograr. Por ahí es el desarrollo de la investigación que se debe hacer”, concluyó.