Más allá del aula: aprender mapudungun desde la experiencia colectiva
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La Escuela 18 de Septiembre apuesta por un enfoque vivo y participativo para enseñar lengua y cultura indígena.
En el frontis de la Escuela 18 de Septiembre, una escena poco habitual tomó forma durante la tarde del lunes: risas, gritos de aliento y un dinámico ir y venir de estudiantes que, bajo la guía del docente Luis Toledo, participaron en un juego tradicional mapuche llamado Linao. Esta actividad, enmarcada en la asignatura de Lengua Indígena, ofreció a los estudiantes mucho más que un momento de recreación: fue una vivencia educativa profundamente conectada con la lengua, la historia y los valores del pueblo mapuche.
El Linao, juego ancestral de colaboración y estrategia colectiva, se practica con una pelota confeccionada artesanalmente, hecha con pelo o lana. A diferencia de otros deportes, no requieren implementos como palos o protecciones, lo que lo hace accesible y adaptable a distintos contextos escolares. Su objetivo es sencillo pero exigente: trasladar la pelota hasta el sector contrario del campo, utilizando principalmente la fuerza y agilidad del cuerpo en coordinación con el equipo. Este diseño fomenta el trabajo en grupo, la resistencia física y el respeto mutuo entre quienes participan.
Durante la jornada, el docente Luis Toledo no sólo facilitó la actividad desde un enfoque lúdico y participativo, sino que también la contextualizó dentro de la cosmovisión mapuche. Explicó a los estudiantes el origen de Linao, su vínculo con las prácticas comunitarias y su importancia dentro del aprendizaje del mapudungun. Así, lo que comenzó como un juego se transformó en una instancia de conexión directa con la cultura mapuche, haciendo tangible un conocimiento que muchas veces permanece distante o reducido a los contenidos teóricos.
Esta experiencia responde al Sector de Lengua Indígena (SLI), implementado en el sistema educativo chileno a partir del Decreto Supremo N°280 del Ministerio de Educación. Dicho sector promueve la enseñanza de las lenguas originarias en establecimientos que cuenten con un 20% o más de matrícula indígena, o en aquellos que optan por fortalecer la educación intercultural.
En ese marco, la experiencia vivida por la comunidad educativa de la Escuela 18 de Septiembre cobra un valor aún mayor. No se trata sólo de una actividad recreativa, sino de un acto pedagógico cargado de sentido, que demuestra cómo el aprendizaje puede surgir del contacto vivo con las tradiciones.