Agrupación Plumas Literarias sacó los mejores ingredientes de los libros para crear sabrosos platos gourmet

Una novedosa combinación entre la literatura y la gastronomía presentó el sábado último, la agrupación Plumas Literarias. Hasta la sede de la junta de vecinos de la población Mauricio Braun, en Avenida España, llegaron unas cincuenta personas, atraídas por los aromas que emergían desde la cocina, en el que los principales ingredientes fueron extraídos desde clásicas obras de autores de distintas épocas.

El menú de este evento denominado “Literatura con cuchillo y tenedor” comenzó con “Abre bocas con historia” en la que se sirvieron Duelos y Quebrantos, que aparecen mencionados en “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, clásico de Miguel de Cervantes. La siguiente sección fue “Sabores del alma chilena”, que incluyó caldillo de congrio, inspirado en Pablo Neruda; pebre chileno con pan, mencionado en “El cartero”, de Antonio Skarmeta; sopa de reconciliación con tres salsas, en homenaje a Isabel Allende, y una copa de vino, a la salud de Nicanor Parra.

Cada uno de estos platos fue preparado por quienes integran esta agrupación, los que leyeron los fragmentos que sirvieron para el proceso. Así continuaron los recorridos por las mesas, ahora con “Dulces encuentros literarios” en la que los comensales disfrutaron de torrejas de nata, de “Como agua para chocolate”, de la autora mexicana Laura Esquivel; tarta de leche (melkert) de “Recetas para amar y matar”, de Sally Andrew (Sudáfrica); pan de limón con semillas de amapola, de la obra homónima de la española Cristina Campos y finalmente, Magallanes estuvo presente con gerstulas, mencionadas por Nicolás Mihovilovic en “Desde lejos para siempre”. Del mismo autor se leyó, para cerrar el encuentro, una evocación de la comida de campo magallánica, de “Entre el cielo y el silencio”.

Pero antes, un “cóctel con historia y cine”, con un trago del cóctel Vesper de “James Bond” del inglés Ian Fleming, y un “Rataouille” una porción inspirada en la película animada. De esta forma, con el apetito saciado, los asistentes, entre los que se encontraba el concejal José Becerra, el presidente de la Sociedad de Escritores filial Magallanes, Víctor Hernández, el coordinador regional de bibliotecas públicas Bruno Sepúlveda, y las escritoras Rina Díaz Jiménez y María Alejandra Vidal Bracho, y la encargada de los puntos de cultura, Aileen Moris, se retiraron satisfechos a sus hogares.

La presidenta de Plumas Literarias, Blanca Gálvez destacó la asistencia que tuvieron en esta actividad, completamente autogestionada: “Como agrupación de personas mayores, promovemos que la gente lea, en estos tiempos en que la tecnología nos ha quitado mucho la costumbre de leer. Entonces buscamos motivos que nos permitan incentivar a la gente a hacer cosas diferentes. Y a dos socios nuestros, Mariana Ampuero y Juan Carlos, se les ocurrió incursionar en la gastronomía y la literatura. Se empezó a investigar sobre este tema y surgió esta actividad que tuvo una linda convocatoria”.

En tanto, la socia Mariana Ampuero recordó que “para celebrar el mes del libro, se nos ocurrió hacer esto. Yo soy profesora jubilada y en una oportunidad, en el Liceo Politécnico, hicimos el caldillo de congrio con los chicos de gastronomía. Y seguí con la idea de hacer algo similar y los socios la aceptaron, aunque no es tan barato hacerlo. Me gustó el ambiente que se produjo y la participación. Nuestra finalidad es fomentar la lectura y con esta actividad buscamos no solamente que se hagan recetas, sino que motiven a que quieras leer el libro en el que salen esas recetas y qué importancia tienen en la trama de la novela”.