Amor a ciegas (literal)
Dicen que el amor es ciego, pero al parecer la burocracia también lo es —aunque de otra forma. Esta semana, en una ceremonia de unión civil que conmovió por la fuerza del amor entre dos personas ciegas, lo que faltó fue algo esencial: plantillas en braille para firmar el acta.
Sí, tal como lo lee: mientras para votar hay cartillas adaptadas, para casarse no hubo ni una guía táctil. La escena dejó en evidencia que la inclusión muchas veces termina en papel… sin relieve. Quizás ahora que lo hemos planteado, alguien en el Registro Civil despierte del letargo y se dé cuenta de que la igualdad también se firma.