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“Lo de Paulina Vodanovic fue bochornoso, un triste espectáculo político”

Domingo 4 de Mayo del 2025

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Emilio Boccazzi, flamante presidente comunal del Partido Socialista en Punta Arenas, no escatima críticas al analizar el presente del oficialismo. En su diagnóstico, se mezclan decepciones internas con tropiezos del gobierno, a los que se suma una fuerte autocrítica sobre las formas en que su propio partido ha abordado la política nacional de cara a las próximas elecciones. El episodio más reciente -y para él, más lamentable- fue la fallida precandidatura presidencial de Paulina Vodanovic . “Bochornoso”, la califica sin rodeos.

Pero no es lo único que preocupa a Bocazzi. El dirigente socialista lanza una mirada amplia sobre las fallas de conducción política del gobierno de Gabriel Boric, al que -dice- se le ha hecho difícil aprender a gobernar. Señala con dureza el manejo del caso fundaciones y la compra frustrada de la casa de Allende, ambas situaciones que, en su opinión, debilitan la credibilidad del Ejecutivo y afectan la imagen de los políticos.

Del PPD al PS: “No quiero ser candidato”

Boccazzi asumió recientemente como presidente comunal del PS tras un proceso interno que incluyó votación universal y una posterior elección dentro de un cuerpo colegiado compuesto por diez militantes. Este paso marca una nueva etapa en su trayectoria política, luego de haber sido parte del PPD, partido al que perteneció hasta 2011, cuando decidió marginarse tras ser excluido de una candidatura municipal. Tras haber sido alcalde de Punta renas, su retorno al activismo político se dio desde el Consejo Regional, donde comenzó a acercarse nuevamente al mundo socialista, espacio que siempre consideró cercano a sus convicciones.

Respecto a su transición desde el PPD al PS, Boccazzi explicó que en los años 2000 dudó entre ambas colectividades, optando por el PPD debido a su carácter más reciente y reformista. Sin embargo, reconoce que su ingreso se dio justo en un momento de declive nacional de ese partido, aunque en Magallanes lograron una presencia significativa. Durante más de una década no militó en ninguna colectividad, hasta que decidió integrarse al Partido Socialista, convencido de que era su lugar natural dentro del espectro político.

El nuevo dirigente comunal considera que los partidos políticos, al igual que las instituciones en general, atraviesan ciclos con momentos altos y bajos. Para él, el desafío es adaptarse a los profundos cambios sociales que caracterizan a esta época, marcada por transformaciones aceleradas. Desde esa perspectiva, cree que su incorporación no sólo debe ser pasiva, sino que implica asumir responsabilidades y contribuir con su experiencia a la reconstrucción del sentido político de la colectividad.

Explica que decidió postular a un cargo interno porque considera que militar en un partido implica asumir plenamente tanto derechos como deberes. Señaló que quiso aportar su experiencia –“mucha o poca”, apunta- y que sus compañeros valoraron positivamente ese compromiso al otorgarle la responsabilidad de liderar la colectividad comunal. Reconoció que el Partido Socialista atraviesa momentos complejos, aunque, a su juicio, esa crisis de sentido es transversal a todo el sistema político. Por ello, cree necesario retomar el rumbo y volver a conectar con las bases.

Boccazzi,en todo caso, aclara que su cambio de casa política no tiene fines ulteriores: “No quiero ser candidato”.

¿Socialismo democrático?

Emilio Boccazzi expresa reparos con el concepto de “socialismo democrático”, al considerar que podría implicar que otras fuerzas de izquierda no son democráticas, lo que él prefiere no asumir. Aun así, reconoce que este sector ha cumplido un rol clave en el gobierno, especialmente el Partido Socialista, al que ve como un sostén fundamental frente a la inexperiencia del Frente Amplio y al fracaso de los intentos por establecer una nueva Constitución. En ese contexto, valora también el papel jugado por algunas figuras del PPD, como Carolina Tohá, en la consolidación de una cierta columna vertebral dentro del gobierno.

Respecto a la afinidad entre el PS y el PPD, Boccazzi sostiene que históricamente se ha acusado al PPD de estar más próximo al modelo neoliberal, aunque él matiza esa crítica. En su visión, el PPD tuvo un aporte relevante al introducir nuevos temas en la política nacional en los años 90, como los derechos de las mujeres, el medio ambiente o los pueblos originarios. Sin embargo, lamenta que en los últimos años tanto el PPD como otros partidos de centroizquierda hayan perdido la capacidad de instalar nuevos sentidos en la política, lo que considera esencial para avanzar como sociedad.

Destaca que si bien entre el PS y el PPD existen diferencias, también hay coincidencias importantes, y que el debate interno es parte de la riqueza de estas colectividades. Insistió en que las disidencias deben servir para fortalecer proyectos comunes, no para debilitarlos. En ese marco, defiende la necesidad de que ambas fuerzas políticas integren tanto sus raíces históricas como nuevas banderas, de cara a un escenario político donde -paradójicamente- una figura fuerte como la de la candidata del PPD convive con un partido debilitado. Boccazzi cierra con una reflexión sobre la necesidad de aprender de los errores cometidos durante la Concertación y avanzar hacia un rumbo corregido.

Un socialismo sin complejos: disciplina, método
y seguridad

Emilio Boccazzi reconoce que, según encuestas y análisis, existe una percepción extendida de que el próximo ciclo político favorecería a la derecha, pero advierte que nada está cerrado. Recuerda que la elección de Gabriel Boric demostró que los escenarios pueden cambiar rápidamente, sobre todo cuando se cometen errores en temas sensibles. Por eso, destaca la importancia de las primarias como mecanismo para consolidar apoyo y revertir tendencias, especialmente si logran una participación masiva que otorgue legitimidad y proyección a la candidatura que resulte vencedora.

Subraya que lo que la ciudadanía busca es estabilidad con avances sostenidos, no grandes refundaciones. Boccazzi cree que Chile, como país modesto, necesita pasos graduales y seguros más que rupturas dramáticas. En ese sentido, defiende conceptos como disciplina, método y seguridad -libres de prejuicios ideológicos- como claves tanto en política como en otros ámbitos, como el deporte. Para él, la política debe construir equipos equilibrados entre experiencia y juventud, evitando los extremos que han afectado tanto a generaciones desplazadas como a líderes jóvenes sin trayectoria.

Plantea que el actual gobierno logró cierta estabilidad al integrar figuras más experimentadas en su segundo ciclo, lo que considera un aprendizaje. Cree que hay condiciones para que las fuerzas de centro y centroizquierda vuelvan a unirse y competir con opciones reales, siempre que se eviten actitudes sectarias. Para ello, enfatiza la importancia de no traicionar principios y comprender que los cambios profundos requieren tiempo y madurez política.

Crítica al gobierno de Boric: “Ha sido frustrante”

Para Boccazzi, el gobierno de Gabriel Boric ha tenido una evolución compleja y ha enfrentado tanto expectativas altas como frustraciones. “Aunque inicialmente se generaron grandes expectativas, especialmente debido a su juventud y su mensaje transformador, no se han logrado concretar avances significativos en diversas áreas, como la reforma previsional, las Isapres y los acuerdos con actores clave como SQM y Codelco. A pesar de ser un gobierno en el cual muchos confiaron, las decisiones tomadas, como los acuerdos con figuras controvertidas, han dejado a una parte de la población con dudas sobre su coherencia política. Esto ha generado críticas que, de haber sido hechas por un gobierno de derecha, habrían sido más severas”, apunta.

Agrega que, a nivel regional, Boric no ha logrado una impronta significativa en Magallanes. “No se han concretado proyectos trascendentales que marquen un cambio en el paradigma de desarrollo de la zona. El Plan de Zonas Extremas, presentado con expectativas, parece que ha carecido de la participación ciudadana necesaria y ha sido mal percibido por consejeros y alcaldes locales, quienes señalan que no fueron suficientemente informados sobre las prioridades del proyecto. Si eso fue así, estuvo mal”, apunta.

El dirigente cree que Boric pudo haber dejado su impronta en la región con un liderazgo claro en obras cruciales, como el camino a Yendegaia. “La falta de avance en estos proyectos vitales para Magallanes ha sido frustrante, especialmente para aquellos que esperaban una acción más decidida por parte del gobierno”, señala.

También criticó al gobierno regional por su falta de enfoque en la construcción de institucionalidad y su tendencia a improvisar. 

Volviendo a la esfera nacional, Boccazzi plantea que el caso fundaciones ha generado desconfianza y que la administración de Boric ha sido percibida como inexperta y con poca capacidad de respuesta ante las necesidades urgentes de la región, lo que ha llevado a una creciente desilusión con las políticas implementadas.

El bochorno del PS

La situación vivida por el Partido Socialista con la fallida precandidatura de Paulina Vodanovic la calificó como “bochornosa, dura y triste”. Critica la rapidez con que fue impulsada como figura presidencial y luego desechada, lo que afectó su imagen pública y la del partido. 

Dice que Vodanovic ha tenido un rol destacado como timonel del PS, incluso siendo crítica del gobierno, pero se cuestiona la conveniencia de que los presidentes de partido asuman también candidaturas, ya que ello puede comprometer su autonomía y afectar al partido si la campaña no resulta exitosa.

Más allá del traspié con Vodanovic, reflexiona sobre la necesidad del Partido Socialista de reconectarse con los territorios y recuperar un socialismo de base. Aunque reconoce que el Frente Amplio ha atraído a muchos exsocialistas, considera que el PS aún mantiene una identidad ligada a las organizaciones sociales y barrios, mientras que el Frente Amplio ha mostrado una impronta más elitista. En ese contexto, el PS tendría una oportunidad de reinventarse desde las necesidades reales de los sectores postergados.

El episodio de la “Casa de Allende” se suma a los recientes errores del partido y ha sido percibido como un acto de amateurismo político y jurídico. Se cuestiona tanto la falta de asesoría técnica adecuada al presidente como la responsabilidad de los entornos políticos, incluida la senadora Isabel Allende. El caso es visto como una muestra de la desconexión entre autoridades que acumulan títulos y posgrados, pero carecen de experiencia práctica y criterio político. Todo ello contribuye al desprestigio no sólo del partido, sino también del legado de Salvador Allende.

De paso, se muestra escéptico de la conversación de Miguel Crispi con su madre, Claudia Serrano, respecto de las supuestas presiones de Isabel Allende paraque el gobierno le comprara la casa familiar: “Nadie que sabe que tiene el teléfono pinchado lo usaría para hablar de estas cosas”.

A su entender, este conjunto de episodios -desde Vodanovic, pasando por la Casa de Allende, hasta los escándalos de las fundaciones- revela un deterioro en la conducción política y en los cuadros del oficialismo. Critica la improvisación, la falta de sentido institucional y la desconexión con la realidad. A su juicio, se está desaprovechando una oportunidad histórica para transformar el país con probidad y eficiencia.

Radonich: “Logros
insuficientes”

Al ser consultado por la gestión del actual alcalde Claudio Radonich, reconoce algunos avances, como la implementación de puntos limpios y la continuidad de políticas ambientales iniciadas en su propia administración, como la eliminación de bolsas plásticas. También destaca mejoras en iluminación pública. Sin embargo, considera que estos logros son insuficientes para un período que ya se extiende por casi una década. A su juicio, el ritmo del municipio ha sido “bastante cancino” y no está a la altura de las necesidades de la ciudad, especialmente considerando la importancia de la inversión pública en regiones como Magallanes.

Desde su experiencia como exalcalde, plantea que el desempeño municipal no puede evaluarse de forma aislada, ya que también depende de la colaboración con el gobierno regional y ministerios clave como Salud, Obras Públicas y Vivienda. Critica duramente el mal funcionamiento de estos actores y advierte que la complejización institucional -con delegados presidenciales y estructuras paralelas- ha dificultado aún más la gestión local.

Admite que parte de la continuidad de Radonich se debe a errores de la oposición, incluyendo su propia experiencia al no poder competir en una elección posterior. Pese a su mirada crítica, reconoce que la ciudadanía le ha dado su respaldo al actual alcalde, aunque recalca que “hay cosas que se pudieron haber hecho mejor”.

Finalmente, propone una revisión profunda del modelo de gobernanza local y regional, donde la osadía, la planificación y la corresponsabilidad entre Estado y ciudadanía sean centrales para resolver problemas estructurales como la vivienda, la seguridad y el deterioro patrimonial. 

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