Controversia en torno al ombligo…

Aunque soy de los que pienso que la religión es lo que un ser humano hace en soledad, tenemos religiones de todo tipo.

No creo que ellas estén en retirada, pues la conexión con algo superior no puede extinguirse…para bien de la Humanidad.

En el caso de Adán y Eva (los primeros piluchos de la historia) creo pertinente decir algunas cosas.

Me llama la atención que cada vez que los artistas plásticos se han propuesto representar a Adán y Evo en su estado de pureza, se ven envueltos en una bizantina polémica teológica que ha sido objeto de un ríspido debate durante siglos.

El tema cardinal de esta controversia es “esa tortuosidad o muy compleja nudosidad que frecuentemente designamos como ombligo”, tal y como lo planteó el médico inglés Sir Thomas Brown (1605-1682) en su libro Religión Medici. Brown sostenía que, en razón de que Adán y Eva fueron creados y no nacieron del modo que nace el común de los mortales, había que retratarlos con el abdomen…o guata lisa.

Más tarde, allá por el año 1752, el médico alemán Christian Tobias Ephraim Reinhard publicó un texto tan largo como tren de carga en torno al tema, titulándolo: “Indagación en torno al problema de si nuestros primeros padres, Adán y Eva, tenían o no ombligo”. El texto dio que hablar, no sólo por lo extenso del título, sino también por el tema a tratar.

El doctor Reinhard analizó los interminables pro y contra del caso, considerando los antecedentes religiosos que estimaba incuestionables, y terminó respaldando a Brown en la postura anti del ombligo.

Huelga decir que en la práctica, los artistas anduvieron titubeando durante muchos años en torno al tema, que ya se había convertido en problema. Los retratos de Adán y Eva desde la Edad Media y el Renacimiento en adelante los muestran en algunos casos con ombligo y en otros sin él.

No obstante, ya en la época del propio Reinhard, el estómago inmaculado era una causa perdida…casi sin sentido.

Y aquí asoma algo interesante: en la Capilla Sixtina, Miguel Angel, en su panel incomparable de Adán recibiendo del índice de Dios, optó con bastante audacia por representar el ombligo, y con ello influyó enormemente e la interpretación posterior de este asunto.

La controversia en torno al ombligo de marras tuvo hasta connotaciones políticas. (¡SIC!)

En efecto, esta delicada y no resuelta cuestión doctrinal fue reflotada en el año 1944 en el Comité de Asuntos Militares del Senado de los Estados Unidos. 

Míster Carl T. Durham (1892-1974), representante de Carolina del Norte, se opuso con sañudo ardor (o sea, de manera tenaz) a la difusión entre los funcionarios de las Fuerzas Armadas norteamericanas de un folleto gubernamental titulado “Las razas humanas”, porque en algunas de las ilustraciones de Adán y Eva estaban representadas con ombligo, lo que el congresista de los Estados Unidos consideraba una clara ofensa a los católicos y tradicionalistas de todo el mundo.

¡Sin palabras…!