TotalEnergies y el nuevo hito del hidrógeno verde en Magallanes

La presentación del Estudio de Impacto Ambiental (Eia) del proyecto H2 Magallanes por parte de TotalEnergies marca un momento decisivo para la Región de Magallanes y para Chile. Con una inversión estimada de 16.000 millones de dólares, esta iniciativa no solo es la tercera de su tipo en ingresar al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (Seia), sino también una de las más ambiciosas en energías limpias presentadas hasta ahora en el país.

El simbolismo de este acto es doble, pues reafirma a Magallanes como el principal polo de desarrollo para el hidrógeno verde a nivel nacional y latinoamericano. Por otro, proyecta a Chile como un actor estratégico en la transición energética global, gracias a su geografía única, vientos excepcionales y una ventana logística natural como lo es el estrecho de Magallanes.

La magnitud del proyecto no se mide solo en cifras: más de 5.000 MW eólicos instalados, una producción anual de 1,9 millones de toneladas de amoníaco verde y un potencial de hasta 10.000 empleos durante la fase de construcción. Es también un hito por su enfoque metodológico: más de tres años de estudios ambientales, campañas científicas especializadas, diálogo temprano con las comunidades y un Plan de Inversión Social construido en conjunto con la sociedad civil.

Esto último es especialmente relevante. El hidrógeno verde no puede repetirse como extractivismo disfrazado de innovación. Necesita insertarse en el territorio con una lógica distinta, basada en beneficios compartidos, protección de ecosistemas únicos y respeto por las culturas locales. En ese sentido, el enfoque presentado por TotalEnergies -con compromisos ambientales voluntarios y una visión a largo plazo- ofrece un marco que debe ser evaluado con rigor, pero también valorado como base para el estándar futuro.

Con H2 Magallanes, ya son tres las empresas que han iniciado formalmente su ruta ambiental para producir combustibles verdes en la región. Esto obliga a una nueva mirada del Estado: con planificación territorial clara, coordinación pública eficiente, y marcos regulatorios que acompañen el ritmo de estos desarrollos sin sacrificar el control ambiental ni el diálogo social.

El camino recién comienza. Aún quedan etapas complejas en la evaluación del proyecto, respuestas a observaciones y validación de compromisos. Pero el ingreso formal de TotalEnergies al Seia ratifica que Magallanes ya no es únicamente una promesa energética: es una realidad en construcción. Una realidad que debe ser sostenible, inclusiva y justa.