Necrológicas
  • – Héctor Jorge Castillo Ortiz

Punta Arenas: una ciudad bien evaluada, pero con brechas que no podemos normalizar

Por La Prensa Austral Viernes 9 de Mayo del 2025

Compartir esta noticia
135
Visitas

El Indice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) 2024 ubicó a Punta Arenas en un lugar privilegiado entre las ciudades intermedias del país: nivel medio-alto, segunda solo después de Coyhaique. La noticia puede parecer alentadora, pero basta revisar las dimensiones que componen esta medición para entender que la buena posición no es sinónimo de bienestar integral. De hecho, lo más relevante del informe no es el puesto en el ranking, sino las brechas profundas que la capital regional arrastra y que ya no pueden seguir siendo vistas como parte del paisaje austral.

La región destaca positivamente en áreas como “Vivienda y entorno” y “Condiciones laborales”. Esto no debería sorprender. Magallanes, en general, cuenta con una buena dotación habitacional, una baja tasa de desempleo y cierta estabilidad económica. Sin embargo, los desafíos más complejos emergen con fuerza en otras dimensiones claves: “Salud y medioambiente” y “Conectividad y movilidad”, ambas mal evaluadas en el estudio, con niveles bajo y medio-bajo, respectivamente.

El diagnóstico no es nuevo, pero sí cada vez más difícil de justificar. En salud, el informe advierte falencias en atención primaria, seguimiento de enfermedades crónicas y acceso a servicios sanitarios, todo agravado por los persistentes niveles de contaminación por material particulado fino (PM2.5). ¿Cómo es posible que una ciudad con aire austral y cielos despejados exhiba estándares de contaminación similares a zonas industriales del norte?

En movilidad y conectividad, el problema es igualmente estructural: transporte público deficiente, ciclovías casi inexistentes, altos tiempos de traslado y costos desproporcionados para salir o ingresar a la región. Es cierto que la geografía extrema impone desafíos, pero esa realidad no puede seguir siendo excusa para la inacción o el retraso en políticas de infraestructura y planificación territorial.  

Que Punta Arenas esté bien evaluada en un índice nacional no debe cegarnos ante los déficits cotidianos que viven sus habitantes. Al contrario, debe ser un incentivo para tomar con mayor seriedad los datos, que no son meras estadísticas sino síntomas de una ciudad que podría ser ejemplar, pero aún no logra ser plenamente inclusiva, sustentable ni equitativa.

El ICVU 2024 entrega herramientas concretas para planificar mejor, enfocar recursos donde más se necesitan y articular respuestas entre lo público y lo privado. El desafío es político y técnico: usar esta información no para decorar discursos, sino para priorizar soluciones en salud, movilidad, equidad territorial y cohesión social.

Punta Arenas puede seguir subiendo en los rankings. Pero más importante aún, debe subir en calidad real de vida para todas y todos sus habitantes. Eso sólo será posible si dejamos de normalizar las brechas y comenzamos a tratarlas como lo que son: urgencias que marcan la diferencia entre vivir bien y apenas adaptarse.

Pin It on Pinterest

Pin It on Pinterest