“Hoy el Estado ha dejado de escuchar a sus profesores”
- Exigen abordar las necesidades reales
de los docentes a nivel país y de Magallanes.
Los profesores de Magallanes decidieron marginarse de la movilización nacional convocada para este jueves 15 de mayo. Lejos de interpretarse como una falta de compromiso con las demandas del gremio docente, esta determinación refleja una convicción compartida por el cuerpo docente regional: las actuales formas de protesta han dejado de ser efectivas frente a un Estado que, según denuncian, ha optado por la indiferencia.
“Sin justicia para quienes enseñan, no hay futuro para quienes aprenden”, fue la frase que marcó la jornada. Al mediodía de ayer, representantes del Colegio de Profesoras y Profesores entregaron una carta formal al delegado presidencial regional y al seremi de Educación. El documento expresa el profundo malestar del Magisterio con el trato recibido por parte del Estado y sus instituciones, particularmente en lo relativo a la educación pública y su actual administración.
“El profesorado del sistema público en Magallanes ha decidido marginarse de dicha movilización nacional. Esta decisión, lejos de representar una apatía o falta de compromiso con la causa del profesorado nacional, refleja una convicción dolorosa: hoy, el Estado ha dejado de escuchar a sus profesores. Ha dejado de ser un canal de transformación social para convertirse, en nuestra experiencia cotidiana, en un aparato indiferente, burocrático y, muchas veces, abusivo”, plantean en el documento.
Desilusión, agotamiento
y desencanto
En la misiva, el directorio regional liderado por Alicia Aguilante, expresa una mezcla de desilusión, agotamiento y desencanto. Acusa que los compromisos asumidos no se cumplen, que las demandas legítimas del profesorado son ignoradas y que las mesas de trabajo se han transformado en espacios estériles, sin capacidad de resolución. A juicio de los docentes, el Sistema de Educación Pública, en lugar de dignificar su labor, ha profundizado la precariedad, sin atender a las particularidades de una región aislada, con un alto costo de vida y condiciones adversas para ejercer la docencia.
“Los compromisos no se cumplen. Las demandas legítimas son ignoradas. Las mesas de trabajo se convierten en rituales estériles sin resolución. El sistema de educación pública en nuestra región sigue vulnerando y no reconociendo la función real del docente…En este escenario, movilizarnos nacionalmente nos parece una acción vacía si el Estado ha optado por la sordera. No podemos seguir empujando una puerta que no se abre… La marginación del paro por parte de nuestros docentes no significa resignación. Significa que creemos que esta forma de lucha ha llegado a su límite. Nuestro grito no es de rendición, sino de profundo hastío. Es un grito filosófico, existencial, que surge de la conciencia de que sin justicia para quienes enseñan, no hay futuro para quienes aprenden”, señalan.
Cuestionan duramente la ley de titularidad que no considera la urgencia de estabilidad laboral en regiones extremas, así como el funcionamiento de la carrera docente, la cual, aseguran, los ahoga con evaluaciones injustas y exigencias administrativas inútiles, sin una retribución real en términos de desarrollo profesional. Denuncian que el Slep arrastra deudas y fallas estructurales sin una intervención seria del Estado, mientras se pretende avanzar hacia un traspaso total del sistema al año 2030 sin revisar los mecanismos de financiamiento que consideran insuficientes y desajustados a la realidad.
Por último, advierten que el agobio laboral ha pasado a ser una forma cotidiana de violencia institucional.




