Sicarios asesinan a dos altos funcionarios de la jefa de Gobierno de Ciudad de México
Dos altos funcionarios del equipo de la jefa de Gobierno (alcaldesa) de Ciudad de México, Clara Brugada, murieron en un ataque a tiros ocurrido en la mañana de ayer en una avenida central de la capital mexicana.
Brugada informó que se trató de una “agresión directa” contra su secretaria particular, Ximena Guzmán Cuevas, y el asesor de gobierno José Muñoz Vega.
Según los primeros reportes, un hombre se acercó al vehículo conducido por Guzmán y accionó un arma en múltiples ocasiones.
La agresión se produjo pocos minutos después de las 7 de la mañana en la Calzada de Tlalpan, que conecta al centro de Ciudad de México con el sur, una de las principales arterias viales de la capital y de las más transitadas por la mañana.
Según un video difundido por medios mexicanos, Guzmán se estacionó momentáneamente para esperar a que Muñoz abordara su vehículo. Mientras, un hombre con chaqueta blanca y casco de motociclista esperaba a un costado.
Cuando Muñoz ingresaba al automóvil, un Audi negro, el hombre sacó un arma y disparó contra Guzmán. Luego lo hizo en contra de Muñoz, que quedó tendido sobre el pavimento. La conductora trató de avanzar con el fin de salvaguardar su vida, no obstante fue constantemente agredida.
En cosa de segundos el autor de los disparos huye en la motocicleta.
Un caso de
impacto enorme
Sin que se sepan los detalles del motivo y las circunstancias de los asesinatos, el impacto político del caso es enorme.
Al tratarse de altos funcionarios del gobierno capitalino, se prueba una vez más que la emergencia en el tema de seguridad afecta a todos los mexicanos.
Pero además, precisamente por tratarse de figuras de prominencia, el alcance del caso es no sólo nacional, sino internacional. La violencia que a diario afecta a los políticos y líderes en zonas remotas del país ahora muestra su peor versión en el corazón de una ciudad que se suele jactar de ser una excepción frente a la ola de violencia y las disputas territoriales de los grupos armados.
Del otro lado de la frontera, el gobierno de Donald Trump tomará nota del caso para seguir alimentando su teoría de que México necesita ayuda militar en la contención de la violencia, una propuesta que la Presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha sido crítica con los gobiernos mexicanos anteriores que colaboraron en asuntos de seguridad con Washington, rechaza.
El atentado también se puede interpretar como una respuesta al aumento de las detenciones de miembros de grupos criminales y de las incautaciones de drogas. Es un duro golpe para la política de Seguridad de Sheinbaum y su secretario, Omar García Harfuch, la cual venía dando resultados, con una reducción de los homicidios, pero que no ha logrado mejorar la percepción de inseguridad entre los ciudadanos y para muchos es una estrategia frágil en un entramado de profunda corrupción e influencia criminal.
Morena, el partido oficialista, en lo institucional ahora parece controlarlo todo, pero en el terreno, no logra salvaguardar la integridad física de sus propios funcionarios.
Infobae