Murió Gastón Soublette, el filósofo que supo leer el “alma de Chile”
-
Académico por más de 50 años en la Universidad Católica, cultivó el pensamiento crítico y el diálogo espiritual con los pueblos originarios. A los 98 años, se despidió rodeado de afecto y con la lucidez que siempre lo caracterizó.
El filósofo, musicólogo, ensayista y académico Gastón Soublette Asmussen falleció el viernes 24 de mayo a los 98 años en su residencia de Limache, Región de Valparaíso. Figura insigne del pensamiento chileno y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2023, su partida marca el fin de una era en el ámbito cultural y académico del país.
La Universidad Católica, donde enseñó durante más de cinco décadas, confirmó su deceso y anunció que sus funerales se llevarán 26 hoy de mayo, con una misa al mediodía en la Iglesia Nuestra Señora de las 40 Horas de Limache, seguida de su sepultura en el Cementerio 1 de Valparaíso. Soublette falleció en paz, rodeado del cariño de su familia y quienes lo acompañaron a lo largo de su vida.
“Su partida representa una pérdida irreparable para la cultura chilena, pero también la consolidación de una vida fecunda, guiada por el asombro, la contemplación y una sobresaliente lucidez intelectual y espiritual”, señaló el rector de la UC, Juan Carlos de la Llera. La comunidad universitaria, estudiantes, exalumnos y personalidades del mundo cultural lamentaron su muerte y destacaron su legado como pensador profundo y generoso formador de generaciones.
La noticia de su fallecimiento provocó una ola de mensajes en redes sociales y medios. Desde el Ministerio de las Culturas lo despidieron como “uno de los más grandes pensadores de nuestro país”. El Museo Violeta Parra lamentó la pérdida de su colaborador y amigo. Parlamentarios como Gonzalo Winter y Pamela Jiles también destacaron su influencia formativa e intelectual.
Su ahijado y sobrino, el embajador Juan Gabriel Valdés, fue quien confirmó públicamente la noticia.
Una vida dedicada
al pensamiento,
la estética y lo popular
Gastón Soublette fue un intelectual total. Estudioso del arte, la filosofía, la música y las culturas originarias, dedicó su vida a la búsqueda del sentido, el diálogo con la tradición y la belleza. Fue discípulo y amigo de Violeta Parra, quien le transmitió la misión de preservar la sabiduría popular chilena. Su labor como investigador y académico del Instituto de Estética de la UC fue clave en la instalación de los estudios sobre la cultura popular y los pueblos originarios en la universidad.
“Nos deja un verdadero maestro y una sencilla, pero inmensa persona”, expresó María Angélica Zegers, directora de Ediciones UC, quien acompañó la publicación de sus obras hasta sus últimos días. Desde esa editorial se difundieron textos emblemáticos como La estrella de la mañana, El enigma de lo simbólico y Ventura y desgracia del Homo sapiens.
Premio Nacional y voz lúcida del Chile contemporáneo
En agosto de 2023, y con 98 años recién cumplidos, Gastón Soublette recibió el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales. El ministro de Educación de entonces, Nicolás Cataldo, lo describió como “un sabio necesario en los tiempos que vivimos”, capaz de conectar disciplinas, generaciones y visiones de mundo con una sensibilidad única.
Más allá del premio, su mayor influencia ha sido espiritual y cultural: sus ideas sobre la belleza, la espiritualidad, la tradición cristiana y la ética social marcaron profundamente a estudiantes y lectores por décadas. Su pensamiento, alejado del dogma, promovía la contemplación, el diálogo y el respeto por la diversidad cultural y espiritual del país.
En una de sus últimas entrevistas, Soublette reconoció: “Mi momento más feliz fue hacer clases. Todos los años que hice clases”. Su pedagogía era libre, sin jerarquías ni notas, y buscaba la transformación interior mediante el encuentro humano.
Herencia material
y espiritual
En 2015, donó a la Universidad Católica su valiosa colección personal de más de 300 piezas artesanales de pueblos originarios, especialmente mapuches y de la región andina. Estos objetos, recolectados con afecto y estudio durante más de cuatro décadas, dieron origen a un aula museística en el Campus Oriente, que fue ampliada y renovada en 2024 con el nombre “Aula de Arte y Artesanías: Pueblos Originarios y Artesanos”.
La curadora Margarita Alvarado señaló que este espacio “constituye parte fundamental del legado y la permanente lucha de este maestro por el reconocimiento de los pueblos originarios, sus culturas, sus artes y sus patrimonios”.
Soublette fue un participante activo en rituales mapuches como los Nguillatunes, y defendió en numerosas entrevistas el valor de la cosmovisión indígena como portadora de sentido, comunidad y equilibrio. Desde su hogar en Limache, donde vivía desde hacía años, mantenía un pequeño museo personal que reflejaba su inmensa conexión con estas culturas.
Crítico del poder
y defensor de lo esencial
En sus últimos años, el profesor Soublette mantuvo una voz crítica y lúcida frente al devenir político de Chile. En octubre de 2024, a propósito del quinto aniversario del estallido social, afirmó que “vivíamos en un régimen de tremenda injusticia. Pensé que el estallido iba a ocurrir antes. La corrupción es insoportable, la delincuencia desatada… Todo eso es una herencia de la dictadura”.
En esa misma entrevista, comentó el Caso Hermosilla como reflejo del deterioro ético institucional: “Aquí los corrompidos no son unos pobres diablos, son personajes de los tres poderes del Estado. Es urgente implementar políticas de seguridad, pero también recuperar el sentido del bien común”.
Un año antes, en marzo de 2023, defendió la juventud del presidente Gabriel Boric: “Déjenlo gobernar, obsérvenlo. Yo creo que un hombre joven era necesario. Boric desea el bien común. Todavía le quedan tres años donde pueden pasar muchas cosas”.
El viejo de corazón joven
Gastón Soublette decía que quería ser recordado como “el viejo cuyo corazón permaneció siempre joven”. Su modo de vivir, su forma de enseñar y su manera de pensar eran inseparables. Apostaba por los jóvenes con fe, sin paternalismo. No buscaba formar élites, sino seres humanos libres, lúcidos y sensibles. Sus cursos reunían a personas de todas las edades, creencias y caminos de vida.
Hoy, Chile despide no solo a un pensador brillante, sino también a un maestro que supo sembrar conciencia, amor por la belleza y respeto por lo esencial. Su legado intelectual y humano perdurará en quienes lo escucharon, lo leyeron y lo admiraron.
Como escribió Isabel Parra: “Nos acerca y nos invita a reflexionar y a compartir su pensamiento con belleza y confianza en tiempos mejores”.
Su poncho, su voz y su mirada seguirán abrigando la conciencia cultural de Chile.
Con información de Emol, The Clinic,
La Tercera y UC




