Necrológicas

El gran cazador de la Patagonia

Por Alfredo Soto Martes 27 de Mayo del 2025

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Es sabido que todo lo que tiene que ver con la evolución del turismo en la Patagonia, desde la perspectiva en que las cifras de visitantes nos indican que esto va en aumento temporada a temporada, al mismo tiempo a medida que van pasando los años, este crecimiento lleva consigo la atención de diversas áreas y aspectos muy positivos por un lado para quienes conforman el rubro, pero por otro lado conlleva al mismo tiempo grandes desafíos, sobre todo lo que tiene que ver con la sustentabilidad de estos parajes protegidos, exigiendo en todo orden, desde, quienes participan en el transporte, en la atención de nuestros visitantes, en las autoridades vinculadas directamente con la gobernanza como así también en los vigilantes y guardianes de reservas y parques nacionales. Este último punto es muy sensible en cuanto al cuidado en general de tal manera de cumplir con todas las normas y reglamentos que permitan una fluidez de actividades dentro de los marcos regulatorios de una actividad que no sea nociva para el medio ambiente. 

El turismo de intereses especiales, del cual se destaca el abanico de ofertas desde nuestra región, con sus emblemáticos parajes, van acompañados de la presencia de biodiversidad y en general de vida silvestre muy particular que la hace única en el mundo y permite reconocimientos a nivel mundial como lugares poco vistos en su conjunto y que en pocos kilómetros abarca escenarios montañosos, complejas redes hidrográficas, pampas, grandes y extensos valles, glaciares cercanos, que por lo demás son los espacios adecuados para que en temporadas estivales cada especie que conforman su hábitat se destacan por sus visitas migratorias como así  también combinándose con la presencia de quienes son endémicos y territoriales y se pueden encontrar en cualquier época del año. 

Una de las preocupaciones y que reviste un gran desafío para el rubro ha sido el gran interés por la observación del principal felino de nuestra Patagonia y por sobre todo en la masiva participación de turistas que hoy día buscan de alguna manera en su periplo y recorrido obtener lo que más se pueda de trofeos escénicos como avistamientos de flora y fauna. Aquí nos tenemos que detener porque una de las actividades que ha crecido en el interés y que hoy día las agencias y operadores sienten la presión del público, es el avistamiento del principal felino del Parque Nacional Torres del Paine, me estoy refiriendo al puma. 

Las redes sociales se han llenado de avistamientos muy cercanos a los caminos internos del Parque y al mismo tiempo estas imágenes nos alertan más que el sorprendernos por el avistamiento, lo que conlleva a una preocupación y hacernos las siguientes preguntas: ¿Tenemos conciencia de que estos avistamientos tienen cierto grado de peligro? ¿existen protocolos para mitigar en cierta medida la protección de la especie como así también a las personas? Es determinante darnos cuenta que las personas le han perdido el miedo a las aproximaciones tanto voluntarias como aquellas que son imprevistas ante este felino, y al mismo tiempo no se ha evaluado si los felinos obviamente están más interesados en sus acciones de cacería por los guanacos y no por los seres humanos como una presa más. Lo que pueda estar pasando en la cabeza de las personas podríamos fácilmente darnos cuentas y buscar las maneras de controlarlas, pero nunca vamos a saber que está pasando en los instintos y acciones del puma frente a las personas, es obvio que no hemos tenido ni aviso ni algún evento desagradable entre personas y el puma, el que a pesar de irse acostumbrando en sus territorios a osados visitantes que anhelan como trofeo una imagen de este cazador, no quiere decir que el puma deje de ser una “gato” altamente peligroso. 

Hoy en día podemos tener cierta tranquilidad porque se están haciendo reuniones, encuentros y talleres que permitan en cierta medida aumentar este conocimiento con quienes, aquellos más expertos, desde los mismos guías observadores, como aquellos que tienen un vínculo más estrecho del punto de vista profesional en cuanto a conocer aún más del comportamiento del puma, pero por sobre todo establecer límites que permitan frenar ciertas holguras de parte de visitantes que a veces con niños bajan de los móviles para ser testigos de una gran experiencia. Lo importante es llegar a buenas conclusiones y determinar los lineamientos adecuados para restringir ciertos comportamientos y no del puma sino de las personas que se integran al territorio del gran cazador de la Patagonia.

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