4 mil estudiantes ha perdido la educación pública en los últimos 15 años
La matrícula del sistema escolar en Magallanes ha experimentado cambios significativos en los últimos quince años. Según los datos oficiales entre 2010 y 2024, el total de estudiantes en todos los tipos de establecimientos, públicos, particulares subvencionados y particulares pagados, ha decaído un 6,9%, al pasar de 33.279 alumnos a 30.997, atribuido al fenómeno de la baja natalidad, que parece desafiar a colegios y educadores.
Sin embargo, es el sector público el que ha sufrido el descenso más pronunciado: de 19.049 a 14.901 estudiantes, lo que equivale a una baja del 21,7% (4.148 alumnos menos).
Esta disminución responde a una combinación de factores estructurales. Por un lado, la región enfrenta un sostenido descenso en las tasas de natalidad, lo que ha reducido el número total de niños en edad escolar. Por otro, se ha producido una migración de familias hacia el sistema particular pagado, cuyas matrículas han crecido un 76% en el mismo periodo, reflejando una búsqueda de alternativas percibidas como más estables. A esto se suman las prolongadas paralizaciones que han afectado al sistema público en los últimos años, las cuales también han influido en la decisión de los padres de migrar sus hijos a establecimientos de otra dependencia.
En este contexto, el análisis de seis colegios públicos de Punta Arenas -tres escuelas básicas y tres liceos- permite observar con mayor detalle cómo se han expresado estas tendencias en centros educativos específicos. Las escuelas básicas han sido particularmente afectadas por la fuerte pérdida de matrícula. Es el caso de la Escuela Arturo Prat que registraba 467 estudiantes en 2010 y en la actualidad tiene 149 alumnos, una caída del 68%. La Escuela Libertador Bernardo O’Higgins, por su parte, bajó de 669 alumnos a 295 en el mismo periodo, lo que representa un descenso del 56%. Ambas cifras revelan una pérdida sostenida que ha continuado incluso después de la pandemia.
En contraste, algunos liceos muestran señales de recuperación o crecimiento. El Liceo Polivalente Sara Braun pasó de 468 estudiantes en 2010 a un mínimo de 171 en 2020, pero desde entonces ha incrementado su matrícula a 299 en 2024 y 315 en 2025, logrando revertir parcialmente la caída de la década anterior. Un patrón de mayor estabilidad se aprecia en el Liceo Industrial Armando Quezada Acharán que, tras anotar 374 estudiantes en 2020, ha ido en ascenso hasta llegar a 422 proyectados para 2025.
La situación más sobresaliente se produce en el Liceo Bicentenario Luis Alberto Barrera, que no sólo ha mantenido su matrícula, sino que ha crecido sostenidamente: de 487 alumnos en 2010 a 677 en 2025, lo que equivale a un aumento del 39%. En sentido contrario, el Liceo Cardenal Raúl Silva Henríquez refleja una tendencia a la disminución, con una caída del 41% en el mismo periodo, pasando de 582 a 340 estudiantes.
A nivel regional, la distribución por tipo de establecimiento también ha cambiado. Mientras la educación pública ha perdido más de 4.100 estudiantes desde 2010, el sector particular pagado ha incrementado su matrícula en un 76%, creciendo de 2.420 a 4.265 estudiantes en 2024. El sector particular subvencionado, en cambio, se ha mantenido relativamente estable, fluctuando entre los 11.800 y 13.400 estudiantes.
Desde 2024, los establecimientos públicos han comenzado a operar bajo una nueva dependencia administrativa, con la entrada en funcionamiento de los Servicios Locales de Educación Pública a nivel nacional. Sin embargo, aún persisten desafíos estructurales, los problemas de infraestructura, los días de clases perdidos, el cambio en las preferencias de las familias, factores que han influido en la pérdida de matrícula pública.