Una joven denunció que fue violada al término de una “junta” de compañeros de trabajo
Lo que tenía que ser un encuentro de camaradería entre compañeros de trabajo, terminó en pesadilla para una de las asistentes a la “junta” organizada por el jefe, tras denunciar ante la policía un delito de violación.
El presunto autor fue detenido por la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones y este viernes el fiscal Fernando Dobson lo formalizó por el delito de violación. La jueza acogió la petición del Ministerio Público y lo envió a la cárcel de Punta Arenas.
Metas cumplidas y una auditoría sin errores llevaron al encargado de un conocido local de comidas a organizar la noche del miércoles 4 de junio “un asadito” en su domicilio particular.
Al evento, que se extendió hasta altas horas de la madrugada, asistieron unas 15 personas, entre ellas la víctima.
Los antecedentes recabados por la PDI confirman que la joven, de 21 años de edad, consumió licor en abundancia, entre pisco y ron, “quedando en absoluto estado de ebriedad”.
Alrededor de las cuatro de la mañana el dueño de casa puso término al encuentro. Y viendo el estado etílico en que se encontraba la joven, pidió un Uber para que la trasladara hasta su hogar.
El imputado, iniciales L.A.M.O., de 21 años, se ofreció a acompañarla y la ayudó a subirse al auto. El fiscal relató en la audiencia que el denunciado la violó en el antejardín de su casa. Y que luego de satisfacer sus deseos sexuales la dejó sola. Aún bajo los efectos del alcohol ella emprendió una caminata sola, y tras deambular varias cuadras, decidió recostarse en un sitio eriazo que encontró, cercano a las inmediaciones de las calles Juan Ruiz Mancilla y profesor Edmundo Casanova, en la villa Cardenal Raúl Silva Henríquez.
Despertó desorientada
Alrededor de las seis de la mañana despertó y somnolienta como estaba atinó a llamar a un amigo que vive en Santiago. Le contó por celular que estaba completamente desorientada y que no sabía donde estaba, así que le compartió su ubicación en “tiempo real”.
Con este antecedente el amigo llamó a Carabineros y una patrulla se trasladó al lugar. Mientras la policía llegaba al lugar el amigo seguía hablando con ella para distraerla y no se quedara dormida. Además porque estaba muy asustada y llorando.
La oscuridad era total así que los policías debieron utilizar “focos busca huella” para alumbrarse, y así verificar la veracidad del llamado de auxilio.
Así fue como la encontraron entre unos arbustos, recostada en posición fetal, con principio de hipotermia.
Carabineros consignó en el “informe 2063” que la joven desconocía dónde estaba y las circunstancias de cómo llegó ahí. “Sólo nos dijo que había ido a la casa de su jefe a compartir con sus compañeros de trabajo”.
La llevaron en el vehículo policial al Servicio de Urgencia del Hospital Clínico, donde la ginecólogo de turno constató lesiones atribuibles a una agresión sexual.
Para el fiscal estos “hechos son constitutivos de un delito de violación, donde al imputado se le atribuye participación en calidad de autor, delito que se estima en grado de desarrollo consumado”.
El procedimiento fue entregado posteriormente a la Brigada de Delitos Sexuales de la PDI.
En su declaración a la policía, la víctima confirmó haber sido invitada a la casa de su jefe y que bebió en exceso. Y que el denunciado ofreció llevarla a su casa, pero en el patio o antejardín se aprovechó de su estado de ebriedad para accederla sexualmente.
En el Hospital Clínico Carabineros le pidió el número telefónico de la madre, a quien llamaron para que se trasladara a ver a su hija.
Al autor lo consideraba un amigo. “El quería sostener una relación amorosa conmigo, pero yo no quería”, confesó la víctima.
La jueza Paula Stange impuso al detenido la medida de prisión preventiva, pese a la oposición de la defensora María Isabel Godoy.