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Se encuentra intubado

Atentan contra candidato presidencial colombiano

Domingo 8 de Junio del 2025

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  • El ataque se produjo en el barrio Modelia, en Bogotá, donde el congresista recibió un disparo. Tras lo sucedido, fue llevado de urgencia a una clínica.

 

Colombia vivió un nuevo episodio de violencia política que reavivó los recuerdos de tragedias pasadas. En un parque de la localidad de Fontibón, en Bogotá, el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, del partido Centro Democrático, fue víctima de un atentado con arma de fuego mientras participaba en un evento de campaña. El hecho dejó dos personas heridas más y provocó una oleada de reacciones a nivel nacional.

Uribe, de 39 años, se encontraba en el barrio Modelia acompañado de ciudadanos, concejales y otros líderes políticos de derecha, cuando un hombre se acercó y le propinó tres disparos, dos de los cuales impactaron en su cabeza. Fue trasladado de urgencia a la Clínica Medicentro, donde recibió atención médica inmediata y, posteriormente, fue derivado a la Fundación Santa Fe. Fuentes médicas confirmaron que uno de los proyectiles quedó alojado en su cerebro, por lo que fue intubado y derivado a la Unidad de Cuidados Intensivos.

El atentado se produjo al término del evento político, cuando Uribe decidió improvisar una conversación con los vecinos presentes, rompiendo el itinerario inicial. Según testigos, en medio de esta interacción, se escucharon tres disparos. Uno de los escoltas del senador logró repeler el ataque, hiriendo a uno de los agresores. La Policía Metropolitana informó que el atacante capturado es un menor de edad, quien también resultó herido en una pierna durante el enfrentamiento.

Las autoridades confirmaron que dos personas fueron capturadas en el lugar, mientras se sigue investigando si hay más implicados. La gravedad del atentado activó de inmediato a las fuerzas de seguridad, y el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, anunció una recompensa de hasta 3.000 millones de pesos por información relevante que permita esclarecer los hechos. Además, se convocó a una reunión de emergencia con la cúpula militar y policial para definir una estrategia de protección a los líderes políticos en campaña.

Las reacciones no tardaron en llegar. La senadora María Fernanda Cabal, también del Centro Democrático, expresó en redes sociales su consternación: “Rechazo vehementemente este acto criminal. Pedimos a Dios por su recuperación. Impotencia y dolor ver esta situación”. Por parte del Gobierno, la canciller Laura Sarabia y el ministro de Defensa condenaron el atentado y enfatizaron que la violencia no puede ser el camino en una sociedad democrática.

La Presidencia de la República, aunque demoró varias horas en pronunciarse oficialmente, también expresó su solidaridad con la familia Uribe Turbay y exigió una investigación rigurosa. El presidente Gustavo Petro, en un mensaje en redes sociales, reflexionó sobre la violencia estructural del país, recordando que Colombia ha sido escenario de múltiples asesinatos políticos. “No se debe matar en el corazón del mundo. Respeten la vida, esa es la línea roja”, escribió el mandatario.

El atentado contra Miguel Uribe ha traído a la memoria los crímenes que marcaron la historia política del país: el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948, que desató el Bogotazo, y el de Luis Carlos Galán en 1989, en pleno auge del narcotráfico y la violencia contra líderes políticos. Como entonces, la sociedad colombiana se enfrenta hoy a un nuevo desafío: garantizar la seguridad de quienes aspiran a representar al pueblo, sin importar su ideología.

Infobae Colombia informó que el senador permanece en estado crítico, y su evolución es seguida con máxima atención por parte del equipo médico y las autoridades. En la clínica Medicentro, donde inicialmente fue atendido, se activaron todos los protocolos de emergencia y fue convocado un equipo de neurólogos ante la complejidad de las heridas.

Desde todos los sectores del espectro político, las muestras de solidaridad han sido categóricas. El expresidente Álvaro Uribe, líder del partido Centro Democrático y mentor político de Miguel Uribe, señaló: “Atentaron contra una esperanza de la Patria, contra un gran compañero de trabajo. Pedimos a Dios por su recuperación”. En la misma línea se manifestaron los expresidentes Juan Manuel Santos y César Gaviria, quienes coincidieron en condenar la violencia y pedir respeto por la vida y la democracia.

El atentado también ha puesto en entredicho la capacidad del Estado colombiano para garantizar la seguridad en tiempos electorales. La violencia política no es un fenómeno nuevo en Colombia, pero se esperaba que los avances en el proceso de paz y la institucionalidad fueran suficientes para proteger la participación democrática. Sin embargo, este ataque evidencia vulnerabilidades persistentes.

Además del impacto político y humano, el atentado abre un nuevo capítulo en la discusión sobre el papel de las redes criminales y los posibles intereses detrás de la violencia contra líderes públicos. Aunque las investigaciones están en curso, la ciudadanía exige resultados rápidos y acciones contundentes que impidan que hechos como este se repitan.

Mientras tanto, familiares, simpatizantes y colegas del senador Miguel Uribe se congregan en vigilias y actos de oración en diferentes puntos del país. El llamado generalizado es a la unidad nacional, al cese de los discursos de odio y a un compromiso transversal con la vida y la democracia.

El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, reiteró el compromiso del Gobierno con el esclarecimiento del atentado y enfatizó que no habrá impunidad. “La investigación no se detiene y vamos a llegar hasta el fondo. No habrá espacio para la impunidad. Oremos por la vida de Miguel. Unámonos como país”, expresó.

Por ahora, el país entero está a la espera de un parte médico definitivo que entregue mayor claridad sobre el estado de salud de Miguel Uribe. Su condición sigue siendo reservada, mientras se preparan nuevos operativos para reforzar la seguridad de los precandidatos presidenciales y autoridades en campaña. Lo ocurrido en Fontibón no solo impacta al Centro Democrático, sino que representa una alerta grave para la estabilidad democrática de Colombia.

Colombia atraviesa nuevamente una encrucijada: asegurar que la violencia no determine el rumbo de su política. La figura de Miguel Uribe, marcada por su juventud, trayectoria y proyección, es símbolo de un relevo generacional que muchos consideran necesario. Protegerlo, en este contexto, se convierte también en una defensa del futuro democrático del país.

Infobae 

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