El preservativo

Confieso que la noticia me dejó patuleco y tan desconcertado como payaso en un velorio. ¡Digno de ripley!

En la India se ha prohibido la propaganda de condones en la televisión. (¡Sic!)

Lo cierto es que el gobierno de la India ha resuelto prohibir que se emitan anuncios de preservativos durante el día en los canales de la TV de ese país. ¿La razón? Ese tipo de publicidad “pone en peligro la seguridad de los niños”, según explicó Gandur Mahoandas, alto vocero del Ministerio de Información y Radiodifusión. Agregó Mohandas que desde ahora las marcas de condones podrán anunciar sus productos sólo entre las diez de la noche y las seis de la mañana.

Extraña decisión la de ese gobierno, donde en Bombay las mujeres orinan al aire libre y no es necesario adentrarse en algunas ciudades para ver como las parejas hacen el amor en sitios eriazos, pues pagar un motel les sale más caro que una cabeza ortopédica.

No me explico esta decisión en un país que se dice respetar las costumbres milenarias. Es cosa de fisgonear en la historia.

Hace poco más de dos mil años, en Oriente Medio, los camelleros introducían piedrecitas, huesos de durazno e incluso clavos de cobre en la vagina de las camellas, para evitar que quedaran preñadas durante los largos viajes.   

Otros métodos anticonceptivos incluían el uso de piedras, ajo, tapones de hierba, tela o esponjas marinas. Hipócrates propuso beber agua salada con cobre para prevenir el embarazo, afirmando que su efecto duraba un año. 

En agosto del año 1960, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos aprobó la comercialización de la píldora anticonceptiva “Enovid”. La noticia causó estupor en el mundo entero y provocó una especie de revolución. Por cierto, el papa la condenó al instante., pero hacia 1962 ya la pastilla era tomada por más de un millón de mujeres.

Diez años más tarde, el escritor norteamericano Herbert Gold (1924) comentaba en The New York Times: “Cuando apareció en el mercado la píldora anticonceptiva, el comportamiento sexual de millones de personas cambió radicalmente, y prosperó el negocio inmobiliario. Entonces, para satisfacer esta demanda, surgieron los moteles”.

Siglo XVI: el condón de fallopio

El invento del preservativo como tal se debe a la fértil imaginación del cirujano italiano Gabriele Fallopio, profesor de anatomía de la Universidad de Padua (Siglo 16), que lo concibió a partir de una funda hecha de tripa de animal y de lino. Su objetivo era combatir la sífilis, que a la sazón era una enfermedad devastadora.

Más tarde, Lord Condom, médico personal del rey Carlos II de Inglaterra perfeccionó el modelo (1665) valiéndose de intestinos de carnero, disecados, estirados y lubricados con aceite y engrasados, para darle mayor flexibilidad.

Los médicos también lo usaron como dedo de guante, ya que untado con un poco de vaselina servía para la exploración anal y vaginal.

El saquito de tripa, a poco andar, se empezó a conocer como condom, condón.