Al menos cinco muertos y más de 200 heridos dejó segundo ataque de Irán contra Israel
Israel intensificó su ofensiva contra Irán este domingo, bombardeando directamente la sede del Ministerio de Defensa en Teherán y atacando la infraestructura energética iraní. En paralelo, Irán respondió lanzando una nueva oleada de misiles y drones, que dejaron al menos cuatro muertos en territorio israelí.
Los ataques marcaron una nueva fase en la escalada bélica iniciada tras un ataque sorpresa israelí destinado a frenar el avance del programa nuclear iraní. En Israel, un misil impactó en un edificio residencial en Galilea, matando a cuatro personas, mientras que en Irán, las autoridades no entregaron de inmediato cifras de víctimas, pero confirmaron ataques a sitios clave vinculados a su desarrollo nuclear.
La Guardia Revolucionaria iraní aseguró que sus misiles apuntaban a instalaciones que suministran combustible a los aviones de combate israelíes, aunque esto no fue confirmado por Israel. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, declaró en redes sociales que “Teherán está ardiendo”.
Los medios iraníes también informaron sobre una fuerte explosión en una planta de gas natural atribuida a un dron israelí, lo que representaría el primer ataque israelí contra el sector energético del país. Aún no hay confirmación oficial sobre la magnitud del daño en el campo gasífero de South Pars.
Mientras se intensifican los ataques, las conversaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos fueron canceladas. El diplomático iraní Abbas Araghchi calificó de “injustificable” seguir negociando tras los bombardeos y acusó a Estados Unidos de apoyo directo a las ofensivas israelíes, algo que Washington niega.
Estados Unidos, por su parte, ha estado apoyando a Israel con sistemas antimisiles desplegados en la región. El principal aeropuerto de Israel permanece cerrado y el país se encuentra en alerta máxima.
En cuanto a los daños en infraestructura nuclear, Israel atacó las instalaciones de Natanz e Isfahán, centros clave del programa atómico iraní. Imágenes satelitales muestran extensos daños en edificios que alimentaban de energía a las centrifugadoras. Aunque la principal instalación subterránea de Natanz no fue alcanzada, se teme que haya sufrido daños por pérdida de energía.
El Organismo Internacional de Energía Atómica confirmó la destrucción de edificios críticos en Isfahán, incluida su planta de conversión de uranio. A pesar de la magnitud del ataque, no se han registrado aumentos de radiación.
Israel afirmó haber destruido también decenas de radares y lanzadores de misiles tierra-aire en el oeste de Irán. Según una fuente militar israelí, tomará más de unas pocas semanas recuperar la capacidad operativa de las instalaciones nucleares iraníes.
Entre los altos mandos iraníes muertos en los bombardeos figuran el general Mohammad Bagheri, jefe de las fuerzas armadas; el general Hossein Salami, comandante de la Guardia Revolucionaria; y el general Amir Ali Hajizadeh, líder del programa de misiles. Irán ya nombró al general Majid Mousavi como nuevo jefe de la división aeroespacial de la Guardia.
A nivel internacional, crecen los llamados a la desescalada. China advirtió que los ataques a instalaciones nucleares constituyen un “precedente peligroso”. Mientras tanto, Israel continúa su ofensiva contra Hamas en Gaza, ampliando el espectro del conflicto regional.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que lo ocurrido “no es nada comparado con lo que sentirán bajo el dominio de nuestras fuerzas en los próximos días”, dejando en claro que la ofensiva está lejos de terminar.
Con información de AP