Niños del sur fueguino aprenden explorando su territorio
- En Timaukel, la escuela pública transforma el entorno natural en aula viva para formar estudiantes activos, curiosos y comprometidos con su entorno.
En uno de los rincones más australes del país, la comuna de Timaukel, en la isla de Tierra del Fuego, los estudiantes de la Escuela Ignacio Carrera Pinto viven su proceso educativo de una forma íntimamente conectada con el entorno, la comunidad y sus propias voces. Con apenas 20 alumnos y un promedio de dos estudiantes por curso, esta apartada escuela rural de la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, ha convertido su escala pequeña en una gran oportunidad de aprendizaje integral.
Niños que cursan desde prekínder hasta octavo básico protagonizan a diario una experiencia educativa centrada en sus intereses, su bienestar emocional, su curiosidad natural y el cuidado del entorno. Docentes y equipos de apoyo trabajan con dedicación para entregar una formación que va mucho más allá de lo académico, reconociendo en cada estudiante un mundo propio que merece atención, respeto y estímulo constante.
Uno de los momentos más significativos del actual año escolar fue la reciente celebración del Día de la Tierra, que los estudiantes vivieron una jornada inolvidable de exploración, aprendizaje y conexión con la naturaleza fueguina. Invitados por el Lodge Deseado y acompañados por profesionales de la Oficina Local de la Niñez y de la Municipalidad de Timaukel, los niños recorrieron en zodiac las aguas del lago Deseado, caminaron entre bosques hacia la Cascada Escondida y compartieron un almuerzo campestre en medio del paisaje.
Más allá de la belleza del entorno, lo que marcó esa jornada fue la experiencia educativa vivencial: los estudiantes preguntaron, observaron, comentaron, se maravillaron con lo que veían. Entendieron en terreno lo que significa cuidar la Tierra, reflexionaron sobre su rol como habitantes responsables del planeta y vivieron en comunidad una instancia de formación profunda.
“Se notaba su emoción, su interés, sus ganas de aprender”, comentaron desde la organización. “Estas son las experiencias que dejan huella”.
En Timaukel, la infancia tiene rostro propio. Cada niño es conocido por su nombre, su historia y sus sueños. En una escuela donde no hay multitudes ni anonimato, la relación entre estudiantes y docentes se da desde la cercanía, la confianza y el respeto mutuo. Esta educación, personalizada y situada, valora la cultura local, la naturaleza como aula viva y el derecho de cada estudiante a crecer en un ambiente libre de contaminación y lleno de oportunidades.
Con el liderazgo de su directora, Verónica Gallardo Ojeda, la Escuela Ignacio Carrera Pinto sigue apostando por una formación centrada en las personas, donde aprender es también explorar, convivir, respetar, preguntar y construir comunidad. En este rincón de Tierra del Fuego, los niños y niñas no solo reciben educación: la viven, la inspiran y la transforman.