“Hombre con H”: con todo, si no, ¿pa’ qué…?
Por Guillermo Muñoz Mieres,
periodista
Brasil, 2025
Director: Esmir Filho
Protagonistas: Jesuita Barbosa, Bruno Montaleone, Rómulo Braga
En Netflix
“No soy marica, papá. Pero cuando lo sea, todo Brasil se va a enterar”. Así le responde Ney a su padre, un militar de ideas conservadoras que combatió en la Segunda Guerra Mundial, antes de marcharse para siempre de su hogar. Esta escena acontece a los 15 minutos de “Hombre con H”, película brasileña que retrata la vida de Ney Matogrosso, uno de los artistas más relevantes de la escena rock y pop de las décadas del 70 y 80 en Brasil, identificado por su transgresión e irreverencia sexual, con un despliegue escénico que transmuta a Jim Morrison y David Bowie en un solo cuerpo.
Lo que cuenta la película, más que su camino al éxito, es el trayecto hacia la plenitud de su libertad individual: desde el maltrato paterno, la definición sexual, la tensión creativa de su propuesta artística y, entre medio, la promiscuidad y lealtad con el amor en los tiempos del SIDA.
Este relato se combina con parte de las performances en el escenario y las creaciones musicales de su carrera, identificadas por la singular agudeza de su voz.
La película no escatima en recursos visuales para representar la idea de libertad de Ney, con imágenes de profundo erotismo y un realismo visual que abarca desde los espacios íntimos de la alcoba hasta la amplitud de una playa carioca, donde nadie y, a la vez, todos pueden ser parte de la cultura gay.
La historia comienza en la década del 50, con un Ney niño violentado por su padre, y cruza varios períodos de la historia de Brasil hasta nuestros días. Sin embargo, la película rehuye establecer una relación directa entre la historia personal y la historia colectiva. Por eso, cuando se trata de la dictadura militar que gobernó Brasil hasta mediados de los años 80, el tema es la censura: unos tipos, conocidos como “censores”, llegarán hasta su camerino para negociar que disminuya sus movimientos de cadera a la mitad.
Jesuita Barbosa realiza una actuación visceral y física para interpretar a Ney Matogrosso. Serán los movimientos de cadera, la expresión facial y la mirada directa a la cámara los que buscan, al parecer, intimidar y desafiar la comodidad del espectador.
Y sobre ello: la relación con su padre, las amistades, el amor libre y un cuerpo que apenas negocia, porque, a fin de cuentas, en la historia a alguien le corresponde decirlo y, sea con el arte que sea, es con todo, si no, ¿pa’ qué?
“Hombre con H”, un título que alude a una forma de decir y a una vieja canción popular brasileña, es una película que, aun dentro de un relato formal, es políticamente incorrecta al buscar traducir en imágenes las emociones del personaje, poniendo a prueba las del propio espectador.
No es una tarea fácil. La propia historia de Ney Matogrosso tuvo esas dificultades y, ahora, la película es la respuesta —y la revancha— de por qué llegó hasta donde llegó.




