Cai y Kirke, señales concretas para el desarrollo austral

Una excelente noticia es que se haya reactivado la licitación para construir el Centro Antártico Internacional (Cai) en Punta Arenas y que el ensanchamiento del paso Kirke esté contemplado dentro de las prioridades del Plan de Zonas Extremas.

Que el Centro Antártico Internacional vuelva a estar en carrera permite esperar que esta vez se concrete uno de los proyectos más emblemáticos y postergados de las últimas décadas en Magallanes.

Este nuevo intento de subasta pública es una señal política relevante, en cuanto al compromiso con la ciencia polar, con el desarrollo urbano de Punta Arenas y con el posicionamiento geopolítico de Chile en el continente blanco. Hoy es un proyecto ajustado, revaluado y respaldado con más de 102 mil millones de pesos, gracias al reciente impulso del Plan de Zonas Extremas II.

En tanto, el ensanchamiento del canal Kirke, largamente esperado desde los años 70, por fin proyecta su fase de ejecución. Con una inversión superior a los 27 mil millones de pesos, esta obra permitirá una navegación más segura de embarcaciones industriales hacia y desde el mar interior de Última Esperanza. Su impacto será significativo para el desarrollo portuario de Puerto Natales, el turismo, la acuicultura y el comercio regional. Lo destacable, además, es que el proyecto incorpora tecnologías de bajo impacto y protocolos de monitoreo ambiental, resguardando la biodiversidad única de la zona.

Ambas iniciativas simbolizan más que obras de infraestructura: son apuestas por una visión de largo plazo que reconoce el valor geopolítico, científico y logístico de Magallanes. En el caso del Cai, se trata de una infraestructura emblemática que no sólo busca consolidar a Punta Arenas como la principal puerta de entrada a la Antártica, sino también fortalecer su vínculo con la investigación polar, el turismo de conocimiento y la diplomacia científica. Su concreción abrirá nuevas oportunidades para universidades, centros de investigación y organismos internacionales, proyectando a Magallanes como actor clave en la gobernanza del continente blanco.

Que el Cai haya vuelto a licitarse es una segunda oportunidad para cumplir con la promesa antártica que el país le debe a Magallanes. Que la inauguración del ensanchamiento del paso Kirke tenga fecha implica creer que puede ser posible dar el vamos a una serie de megainiciativas que aportarán a la conectividad y al crecimiento.

Así, la reactivación de estas iniciativas no puede pasar inadvertida. Son buenas noticias. Pero también deben ser un recordatorio sobre cuán relevante es la planificación para las zonas extremas y que ésta no puede depender de ciclos políticos ni del entusiasmo transitorio de autoridades de turno. Magallanes necesita continuidad, visión y ejecución.