Ocio y tiempo libre: ¿Cómo se entretienen los chilenos de acuerdo al CNTV?
Aunque sean malas noticias para el organismo, los datos del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) son concluyentes. Chile ha dejado atrás el televisor como centro del entretenimiento doméstico y hoy el celular está ocupando ese sitio alguna vez reservado para “la tele”.
El informe analiza tanto el acceso a canales de televisión como las nuevas formas de consumo audiovisual, desde redes sociales hasta plataformas de video bajo demanda y concluye que los usuarios eligen los contenidos en función del momento.
El triunfo de la pantalla pequeña
El video sigue reinando como forma de contenido consumida, pero en vez de visualizarlo en la pantalla de una TV, cada vez son más los chilenos que eligen consumir los contenidos de forma individual, sea a través de una computadora o del celular.
De acuerdo al CNTV, el 94% de la población chilena consume redes sociales, seguido por el 88% que ve videos online y el 72% que accede a plataformas de video on demand. En cambio, la televisión abierta se sitúa en cuarto lugar con un 64% de usuarios, y su consumo es más común entre adultos mayores.
Más rápido, más corto
Este consumo audiovisual rápido, móvil y flexible no afecta únicamente al video, sino que ha moldeado nuevas formas de entretenimiento en el online. Es decir, la influencia de las redes y sus formas de consumo instantáneas han llegado a otros sectores.
Uno de los que más ha absorbido la “lógica de TikTok” es el de los juegos de azar en línea. Pongamos por ejemplo el juego Bonanza, un slot de gratificación rápida y reglas simples, que sirve como ejemplo paradigmático de los títulos y formatos pensados para públicos acostumbrados a lo inmediato.
De hecho, la categoría de juegos rápidos es una de las que tiene mayor proyección de crecimiento en el sector de casino online. Son juegos que privilegian las partidas breves, las decisiones instantáneas y una mecánica simple, muy parecida a lo que ofrecen las redes sociales en términos de experiencia.
En lugar de largos torneos de póker o rondas complejas de blackjack, los juegos rápidos apuestan por la inmediatez y el dinamismo, en una dinámica alimentada con la misma gasolina que las redes.
Es decir, el casino online dejó de ser un espacio estático para convertirse en un lugar dinámico, interactivo y adaptado a un modo de consumo que busca recompensas inmediatas, gráficos atractivos y control absoluto sobre el tiempo de la sesión.
Como si se tratara de Instagram o Netflix, el usuario tiene que ser capaz de poner “pausa” y continuar con el juego en otro momento que sea más conveniente.
Los factores que impulsaron el cambio
Este giro hacia el consumo digital se explica por varios factores, entre ellos el acceso generalizado a dispositivos móviles y conexión a internet de alta velocidad en un territorio progresivamente mayor del país.
A lo anterior se suma un cambio en los hábitos culturales. En lugar de sentarse a esperar que comience un programa a una hora fija, los usuarios ahora tienen control absoluto y eligen qué ver, cuándo y dónde. La lógica “on demand” no solo aplica a las series o películas, sino también a los clips de 15 segundos en TikTok, los tutoriales en YouTube y los reels de Instagram.
El estudio del CNTV muestra que la mayoría del consumo audiovisual digital ocurre en la noche, aunque entre los adolescentes y jóvenes también es frecuente durante la mañana y el mediodía. De hecho, el 64% de los videos online se ven en YouTube, seguido de cerca por Facebook (55%), Instagram (51%) y TikTok (38%).
La televisión abierta, por su parte, ha reaccionado a esta transformación sumándose al entorno digital. Todos los canales nacionales tienen hoy presencia online y varios ofrecen servicios de streaming, como TVN, Mega y Canal 13. Sin embargo, la lucha por las audiencias jóvenes es cada vez más dura y el lenguaje de la red impone nuevas reglas.
La televisión abierta busca reinventarse en un entorno exigente
Mientras el video online, los juegos y las redes sociales solidifican su poder como los pilares del entretenimiento actual, la televisión abierta enfrenta el desafío de reinventarse.
Aunque todavía tiene la sartén por el mango en horarios nocturnos y en sectores de mayor edad, su influencia hegemónica como centro de la vida cultural disminuye cada año, al igual que lo hace en otros puntos de la Tierra.
El propio CNTV reconoce que los canales han debido adaptarse y migrar hacia entornos digitales para no perder vigencia. Todos cuentan con redes sociales activas, publican clips de sus programas y algunos han lanzado sus propias plataformas de streaming.
Sin embargo, el lenguaje tradicional de la TV no siempre logra competir con la velocidad y flexibilidad del contenido digital.
En este escenario, los datos del CNTV resultan claves no solo para la industria audiovisual, sino también para entender cómo cambian los hábitos de los chilenos. La frontera entre ver un video, jugar una partida o hacer scroll en redes ya no está clara. Todo convive en un mismo dispositivo y compite por la misma escasa atención.




