Una ruta aérea que puede redefinir el mapa regional
Pocas veces una idea tan concreta puede reunir tantos beneficios a la vez: más conectividad, más turismo, más exportaciones y mayor proyección internacional para Punta Arenas. La propuesta de establecer un vuelo directo entre nuestra ciudad y Brasil -con apoyo del sector hotelero y de la salmonicultura- es una oportunidad que no se debe dejar pasar.
No se trata únicamente de abrir una nueva ruta aérea, sino de darle a Magallanes una salida directa al continente sin pasar por Santiago; de reducir el tiempo de llegada del salmón que hoy se transporta por tierra durante días; de facilitar el arribo de turistas brasileños que ya están visitando otras ciudades de la Patagonia. Es, en el fondo, comenzar a actuar con visión regional y estratégica, saliendo del aislamiento con decisiones concretas que fortalezcan nuestro posicionamiento geográfico, económico y logístico.
La clave está en que esta iniciativa no se quede en la lógica del entusiasmo momentáneo. Requiere de gestión constante, planificación técnico-comercial, respaldo del gobierno regional y una articulación efectiva con las autoridades brasileñas. También exige que las aerolíneas perciban un modelo de negocio sustentable. Para eso, no basta con voluntad: se necesita garantizar flujo de pasajeros y de carga y eso solo será posible si los sectores públicos y privados, incluidos los exportadores y operadores turísticos, avanzan de forma coordinada.
La idea -promovida por el alcalde y reforzada por la Asociación de Hoteles y la Asociación de Salmonicultores- representa, por primera vez en años, un enfoque de desarrollo integrado entre turismo y producción. Esa sinergia es la que puede transformar a Punta Arenas en un verdadero hub aéreo austral, desde donde se articulen rutas hacia Tierra del Fuego, la Antártica y destinos del Cono Sur.
No caben dudas de que el mercado brasileño tiene interés en la Patagonia. Pero esta vez el desafío es que Magallanes deje de ser un destino periférico y se convierta en puerta de entrada. Parece de toda lógica concretar el vuelo, pero sobre todo, asegurar que detrás del despegue haya un plan sostenible, una alianza firme y una visión regional de largo plazo.




