Persisten la incertidumbre y retrasos en pagos a trabajadores de la Casa del Samaritano
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Funcionarios sólo han recibido la mitad del sueldo de junio y aún no hay certeza sobre los pagos pendientes.
A más de tres semanas del vencimiento del plazo legal para el pago de los sueldos del mes de junio, los 32 trabajadores de la Casa del Samaritano -18 contratados y 14 a honorarios- continúan enfrentando una situación de incertidumbre laboral que no da señales de resolverse. Este martes 22 de julio, los funcionarios recibieron únicamente la mitad del sueldo de junio, monto que había sido comprometido inicialmente para el 8 de julio y luego postergado en varias ocasiones.
Pese a la denuncia pública realizada por el Sindicato de Trabajadores de la Fundación Fide XII, que administra el recinto, en la que se expusieron sueldos impagos, cotizaciones previsionales adeudadas y condiciones de precariedad laboral, no se han concretado soluciones ni se han cumplido los compromisos anunciados por la Fundación. El caso ha dejado en evidencia una cadena de incumplimientos que mantiene a los trabajadores en una constante espera, sin certezas ni respuestas oficiales.
Según relatan los funcionarios, el pago parcial recibido esta semana fue informado sin documentación formal ni detalle de liquidación, y se limitó a una transferencia por la mitad del sueldo de junio. La información entregada informalmente indica que la otra mitad podría pagarse recién el próximo 26 de julio, pero los trabajadores señalan que esa fecha no ha sido confirmada oficialmente, lo que genera aún más desconfianza. A ello se suma la incertidumbre sobre el salario de julio, que legalmente debería pagarse el día 31, pero que, hasta ahora, no ha sido abordado por la administración.
En una reciente reunión solicitada por el sindicato, tanto el obispo Oscar Blanco como la directora de la Fundación, Pamela Díaz Chacón, asistieron sin entregar información actualizada ni presentar un plan de pago o solución a la crisis. La única respuesta entregada a los trabajadores fue que no existen fondos suficientes para saldar los sueldos pendientes.
Este escenario ha profundizado el malestar entre el personal, que asegura no tener claridad sobre cómo se financiarán los próximos pagos, ni si existe algún respaldo institucional que garantice la continuidad de sus ingresos. La ausencia de certezas ha instalado un clima de angustia y vulnerabilidad en el equipo humano que sostiene el funcionamiento de la Casa del Samaritano, un espacio que atiende a personas de alta vulnerabilidad social.
La situación se agrava al considerar que, además de los sueldos, los trabajadores arrastran cotizaciones impagas y condiciones laborales precarizadas. Aunque la Fundación se ha comprometido en reiteradas ocasiones a regularizar estos temas, los plazos no se cumplen y las respuestas se diluyen.
La falta de información clara y la reiteración de promesas sin respaldo han deteriorado la relación y los funcionarios temen que los incumplimientos se prolonguen de forma indefinida.




