“La mamá lo mantiene escondido”: la angustia de la familia de Juana Mancilla ante la fuga del conductor que la mató

Este miércoles se cumplieron exactamente dos meses del atropello que cobró la vida de Juana Mancilla Ovando, mujer de 79 años en la intersección de Avenida José Martínez de Aldunate con Pedro Aguirre Cerda, al sur de Punta Arenas. La víctima, vecina del barrio 18 de Septiembre, falleció a causa de las graves lesiones sufridas en el accidente ocurrido el pasado 23 de mayo. A 60 días de la tragedia y de la fuga del conductor, la familia cuenta con vagas esperanzas de dar con un responsable, a la luz de los pocos antecedentes que ha entregado la Fiscalía local, aún cuando aseguran que a los pocos días el conductor del automóvil involucrado en el cuasidelito de homicidio ya estaba identificado.

“Ella es mi tía y además mi madrina, yo soy su ahijado de nacimiento”, cuenta José Luis Ramírez Mancilla, quien accedió a conversar con La Prensa Austral sobre estos dos meses sin un culpable por la muerte de Juana Mancilla.

El hecho ocurrió a eso de las cuatro de la tarde del viernes 23 de mayo. Tras el atropello, el conductor se dio a la fuga. “Atropelló a mi tía y la dejó tirada, porque la auxiliaron otras personas (…) Posterior a eso, él saca las patentes del auto y lo deja en un condominio en el lado sur”. El automóvil lo encontraron prácticamente al día siguiente.

Lo que descubrieron es que el automóvil estaba bajo el nombre de una mujer, quien sería la madre del conductor, actualmente prófugo. “En el auto encuentran un finiquito, donde sale su nombre pero no su lugar de trabajo. Con las cámaras de video que ya habían recopilado, van al lugar de trabajo y compañeros lo identifican. Después de eso encuentran documentación de la mujer que dijo que había vendido el auto, documentos de abril, de una atención en el hospital”. Ella declaró a las policías que el vehículo lo había vendido hace más de un año, lo que se vuelve inverosímil con este hallazgo.

“La Fiscalía no nos libera el nombre. Sólo sabemos que debe tener unos 24 ó 25 años, más o menos y que la mamá no quiere dar su paradero y lo mantiene escondido. No sabemos si lo tiene en algún lugar, pero mantiene el resguardo de su ubicación porque ella no ha querido hablar y no ha querido hacer nada”, sostuvo José Luis. “La madre del conductor lo mantiene escondido, porque es ella la que no ha querido decir dónde está su hijo, porque a ella ya la interrogaron”, explicita.

Allanamientos

A raíz de estos antecedentes, en la única reunión que mantuvieron con el fiscal a cargo de la causa, Fernando Dobson, se les informó que han allanado dos viviendas: de la madre del conductor y de una expareja, con quien mantiene una hija en común. “Pero no han podido encontrar nada, no lo han encontrado ni en el lugar de trabajo, ni en la casa de la mamá, ni nada”.

En esa misma reunión desde la Fiscalía les dieron a conocer que “ya pidieron el listado de pasajeros a las líneas aéreas y no ha viajado por avión ni ha cruzado fronteras. La hipótesis es que se mantiene en la región escondido. Lo más probable es que está ayudado por una red familiar”.

La Fiscalía Regional de Magallanes fue consultada por este medio sobre la investigación, pero declinaron referirse al respecto por haber diligencias pendientes.

En estos dos meses, la única reunión con la Fiscalía fue solicitada por ellos. “No fue porque la Fiscalía nos haya llamado, ni porque en un inicio nos hayan dicho qué es lo que están haciendo para que estemos informados. No. A nosotros no se nos ha informado nada, ni se nos mantiene al tanto. La información obtenida es porque pedimos una audiencia al fiscal que, amablemente debo decir, accedió a recibirnos en su oficina”.

En dicha oportunidad se les informó de varias diligencias que realizarían en el corto plazo, las cuales desconocen si se realizaron y sus resultados. Lo cierto es que como familia siguen esperando que se dé con el paradero del ya identificado conductor y se haga justicia. Pese a esto, su ahijado José Luis Ramírez reconoce que a dos meses se ha ido difuminando la esperanza de una pronta detención.