Caritas, Gendarmería y Defensoría Penal firman convenio para ayudar a mujeres privadas de libertad
Entregar herramientas y conocimientos a las mujeres condenadas para desempeñarse en libertad es el propósito que reunió a Caritas Magallanes, Gendarmería y la Defensoría Penal Pública para firmar un convenio de colaboración que pueda materializar estos esfuerzos. Este viernes se firmó el compromiso por un plazo de 5 años, que estará destinado a apoyar la reinserción social de todas las mujeres condenadas.
Las instituciones firmantes establecieron un programa que busca acercar a la población penal femenina con talleres de manualidades, con fin de obtener conocimientos en áreas de costura, pastelería, repostería y de manera gradual implementar otro tipo de actividades. La defensora regional, Verónica Reyes, explica que Caritas Magallanes se compromete a realizar las actividades, mientras que Gendarmería se compromete a asegurar su cumplimiento, mientras que desde la Defensoría actúan como un ente coordinador.
Una de las invitadas a la actividad fue la hermana Nelly León, quien estuvo esta semana en Punta Arenas realizando talleres y charlas tanto a las internas como a funcionarios de Gendarmería. León consideró “insólito que no estuviera” firmado un convenio como este antes, “porque en Santiago hace 20 años estamos trabajando de manera colaborativa la Iglesia Católica junto a gente de Gendarmería y la Defensoría Penal”.
“El objetivo de este convenio es entregar capacitación a las mujeres que están en carácter de condenadas, básicamente por una cuestión de estabilidad en el tiempo. La idea es que estos talleres duren a lo menos seis meses por periodo, entonces necesitamos cierta estabilidad para ello”, explica la defensora Verónica Reyes.
La coronel Nancy Valenzuela, directora (s) de Gendarmería, indicó que hoy día son 28 las mujeres cumpliendo condenas en el Centro Penitenciario de Punta Arenas: “La invitación va a ser para todas ellas”. Asimismo, sobre los talleres sostuvo que el primero tendría relación con la costurería, en la confección de patrones para ir armando piezas. “En una segunda etapa ya algo más avanzado, con sastrería y para la tercera etapa de este proyecto tenemos un cambio en el enfoque y vienen talleres de repostería y manipulación de alimentos”.
El obispo Oscar Blanco relevó el rol de la Iglesia en su misión de “acompañar a las personas privadas de libertad”, así como “llevar el evangelio de esperanza y de amor a estas personas”. Serían ocho las voluntarias que participarán en los talleres, aunque espera que “esto va a ir creciendo”.




