Cada día canta mejor… (1)
Le debíamos esta nota a Carlitos; que partió un 24 de junio de 1935. La muerte del cantor, ensalzada de interrogantes contribuye a reafirmar la estatura de mito que había alcanzado en vida. Sus condiciones artísticas, su carisma, su “pinta”, o su simpatía fueron determinantes para traspasar las fronteras del continente y llegar a la eternidad, pero también hacen su aporte los diversos misterios que atravesaron su vida. A continuación, nos referiremos a algunos aspectos humanos del cantor, y a dos hechos que lo vinculan de manera casi anecdótica con la Patagonia y nuestra ciudad. Sus triunfos, e incluso muchos de las sombras que rodearon su existencia son cosa conocida, por lo que no los abordaremos en esta oportunidad.
Gardel era francés, nació en Toulousse un 11 de diciembre de 1890, y llegó a Buenos Aires con su madre el 9 de marzo de 1893. En el barrio, escenario de sus juegos infantiles, se gana el apodo de “El Francesito”. Ingresa al colegio y paralelamente desempeña diversos oficios; no tuvo una infancia fácil desde el punto de vista económico. A Doña Berta Gardés le preocupaba los contactos que su hijo tenía con artistas y gente del espectáculo. Alrededor de los 15 años frecuenta cafés y restaurantes del Barrio del Abasto (entonces la Vega Central de Buenos Aires, hoy un Mall) donde canta composiciones criollas. Ya se le conoce como “El morocho del abasto”, y el Gardés se transforma en Gardel, atrás quedaba “El Francesito”.
De esta etapa son las conjeturas de supuestos líos con la justicia. En esta materia, hay testimonios de policías de la época. Algunos afirman que el ídolo no tiene prontuario alguno y otros aseguran, incluso, haberlo detenido en una que otra ocasión. Quienes se inclinan por lo segundo aseguran que, si hubo líos, éstos eran menores, propios de un sector como el Abasto. Lo reafirma el poeta argentino y estudioso del tango Horacio Salas: “desde quejas de un vecino por ruidos molestos a la hora de la siesta, hasta un pequeño hurto a un puestero del mercado”. Lo más llamativo en este aspecto es una supuesta permanencia en la cárcel de Ushuaia. Quien se extiende en esta materia es el periodista y crítico de espectáculos Tabaré de Paula. El relato se remonta al levantamiento militar del 3 de febrero de 1905, encabezado por Hipólito Irigoyen, en contra del entonces presidente Manuel Quintana. La insurrección cobró mayor fuerza en Córdoba a cargo del teniente Eduardo Villanova, sin embargo, fue sofocada y sus actores condenados a extrañamiento en el penal austral. Villanova y otros militares fueron liberados sólo a fines de 1906, llegando a Buenos Aires el 21 de febrero de 1907 a bordo del vapor “Chaco”. En ese viaje, la entretención corría por cuenta de Villanova, que interpretaba canciones criollas acompañado de su guitarra. En el canto se le sumaba un joven que venía de purgar una pena por reiteración de delitos menores en el sur, el joven habría sido Carlos Gardel. La teoría tiene dos sustentos. En primer lugar, una postal que le fue obsequiada a Villanova firmada por algunos pasajeros del “Chaco” en la cual figura la rúbrica de Gardel (Tabaré de Paula incluye en su investigación una fotografía de la postal). Por otra parte, el testimonio de un hijo de Villanova, quien fue testigo del encuentro que tuvo su padre con el cantor en 1933. En esa ocasión, ambos recordaron la larga travesía. Salas también se refiere a la estadía en la Tierra del Fuego, citando a Blas Matamoro, y su biografía de Gardel. Actualmente en el penal de Ushuaia, existe una imagen recordatoria acompañada de un texto de Félix Luna, que alude al supuesto paso de Gardel por dicho recinto.
El sector del Abasto que representa una etapa dura en la vida del cantor, fue al mismo tiempo, gravitante en su futuro estrellato. Fue el escenario de su encuentro con José Razzano, cantor uruguayo conocido como “El Oriental”. Una noche de 1911 nacía el recordado dúo Gardel-Razzano, que actúo en el Teatro Royal de Santiago de Chile el 24 de octubre de 1917. De ahí en adelante, lo que viene en materia artística es de dominio público.
Continuará…




