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Rockeros de Magallanes despiden a Ozzy Osbourne, el “Príncipe de las tinieblas”

Domingo 27 de Julio del 2025

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A dos semanas de haber brindado un emotivo y potente show junto a Black Sabbath, con la formación original, en su Birmingham natal, la oscura sombra de Ozzy Osbourne se disipó, provocando estupor e impacto en millones de rockeros y metaleros en todo el mundo. A los 76 años, falleció quien se hiciera conocido como el “Príncipe de las tinieblas”, y el dolor recorrió el mundo, evocando partidas similares como las de Elvis, John Lennon, Freddie Mercury, Michael Jackson y David Bowie, entre otros.

Pero, a diferencia de todos los mencionados, Ozzy pudo despedirse de su público a lo grande, con el concierto de homenaje realizado el 5 de julio, en el que Metallica, Guns N’ Roses, Slayer, Pantera, Mastodon, Alice In Chains, Halestorm, Anthrax, Gojira y Lamb of God le brindaron una despedida a estadio lleno. Sin embargo, claramente nadie esperaba que el adiós fuera tan pronto, por más que su salud lo mantuviera sentado todo el show en un oscuro trono.
En todo el mundo se lamentó la muerte física de Ozzy, y en Magallanes, en particular, también se sintió su influencia en varias generaciones de músicos. Desde aquellos contemporáneos de fines de los 60 hasta los adolescentes que recién se sorprenden con el estallido y la profundidad de esa voz tenebrosa que fue su sello, acompañada de un carisma incomparable.

Por años, La Prensa Austral contó con la publicación de columnas de un periodista cuyo seudónimo era simplemente Ozzy. El mismo que no podía estar ausente en este momento tan especial: “Para cualquier adolescente que conoció el metal a inicios de los 80, Ozzy era su expresión máxima. Después de Iron Maiden, para mí Ozzy era lo máximo. Solo con su presencia, encarnaba al prototipo metalero como solista, con el mágico plus de su pasado oscuro en Black Sabbath. Aun cuando su estilo me subyugó mayormente en su primera etapa, antes de entrar a los noventa, debo reconocerle el haberse sabido adaptar a los gustos de diferentes épocas, siempre rodeado de músicos de primera, además de su particular timbre vocal. Su mayor cualidad es haber sido siempre un sobreviviente, tanto de infortunios como adicciones, enfermedades y tendencias (por no decir modas con su reality familiar por MTV)”.

En el grupo Melómano Magallánico, el golpe los dejó atónitos, como lo manifestó Iván Barría: “¿Qué se puede decir que no suene repetitivo? Un frontman e intérprete como pocos (lejos su mejor cualidad) supo surfear su salida de una súper banda, manejando su carrera solista acorde a los tiempos de la industria, llena de brillantes momentos.

“A mí me tocó verlo en The End Tour. Fui a verlo con mi viejo al Nacional. Un show más pausado desde lo escénico, dada la edad, pero el control y manejo del espectáculo eran de otro nivel. Lo que me voló la cabeza fue ver al menos tres generaciones unidas bajo la bandera de Sabbath: mi viejo, llegando a los 70, la mía en los 40, y harto sub 30 dando vueltas, incluso con sus hijos púberes. Esa transversalidad generacional es algo que pocos logran. Lo mismo se aprecia en el tributo final, con exponentes de todos o casi todos los géneros del rock bajo la consigna.” Por eso, con emoción, concluyó: “Y sí, lamentablemente Ozzy sí podía morir. Pero el muy HDP lo hizo dando show y ruido al mundo.”

Quien también experimentó en carne propia el poder de su oscuridad musical fue Edgardo Carrasco: “Como todos, me ha sorprendido la noticia. La única experiencia que tuve fue cuando vinieron al concierto del 2013. Esa vez tocaron en el Estadio Monumental y teloneó Megadeth. Como experiencia de vida, fue maravillosa, porque a la hora que salió Black Sabbath y salió él, se sintió un aire de respeto absoluto. El concierto fue maravilloso y de casi tres horas”, resumió.
De esa jornada se recuerda el vínculo futbolero con Colo Colo, lo que para Carrasco fue muy divertido, dado su fanatismo por el club albo. “Ese fue el día en que le quitó la maldición a Colo Colo. Así que era tan poderosa la música de Black Sabbath con Ozzy, que desde ese día, el Colo, que estaba en una mala racha, no perdió más. Pero más allá de la anécdota, entrando en lo netamente musical, un desplante, energía tremenda. Ni se le notaban los años. Saltaba, gritaba, y fue un concierto espectacular”.

En tanto, Ricky Rock comentó: “Hace pocas semanas fuimos testigos de la despedida soñada para todo rey (o príncipe) de un determinado género musical. En este caso, fue el Metal quien vivió una jornada tan magistral como ruidosa. Fue una verdadera fiesta del Rock&Roll Old School, y esto último en sentido literal, ya que no solo Ozzy y sus secuaces estaban viejos, sino que el resto de las bandas que dijeron presente también pareciera que no les queda mucho tiempo. Quizás ya no hubo whisky ni chicas en los camerinos, más bien té aromáticos, fármacos con fines medicinales y hasta una propuesta de matrimonio. Por tanto, la pregunta es: ¿Con Ozzy muere también el Rock? ¿Las nuevas bandas podrán dar el ancho? Serán las nuevas generaciones las que tendrán esa respuesta. Y mientras veía el show, pensaba en todo esto, mientras me tomo una manzanilla para poder dormir bien… Sii, yo también estoy más viejo”, reflexionó.

Para René Gómez, músico de las bandas Diógenes, Heropass y Avenave, “para los que comenzamos con el rock, siempre Black Sabbath y Ozzy fueron de las principales influencias para gran parte de los músicos, sobre todo del underground. Tuve la posibilidad de ver a Black Sabbath en 2016 en el Estadio Nacional, una de las experiencias más grandes que he tenido. Escuchar a una banda que, aparte de sonar muy fuerte y potente, era una de las más antiguas que seguía tocando, me marcó ese momento. Y después de eso formamos Heropass”.

Influencia que también llegó a mujeres, que durante su adolescencia fueron cautivadas por su poder. Jocelyn Balic fue una de ellas, quien tomó la guitarra mientras cursaba la enseñanza media y que, hace pocos años, pudo vivir una experiencia muy especial en el Estadio Nacional. “Ir al concierto The End fue muy simbólico porque era el primer concierto de mi hijo Vicente. Todo fue muy emocionante. Sin embargo, cuando escuchamos el primer riff de Black Sabbath, el tema que lo empezó todo, sentí que esa canción también le pertenecía y que no lo volveríamos a escuchar de esa forma, nunca más. Ozzy Osbourne, para mí, representa el poder y lo desconocido, un viaje al sinsentido. El otro Kafka. Inolvidable.”

Su socia de aquellas jornadas de tocatas fue Gabriela Saralegui, quien recordó: “Descubrí a Black Sabbath gracias a un disco que apareció en mi casa, Vol. 4, y desde ese momento me volví fanática. Ozzy fue una puerta de entrada no solo al heavy metal, sino también a una forma de sentir la música que marcó mi adolescencia y me acompaña hasta hoy. Incluso con mis amigos formamos una banda de rock en el colegio y la llamamos Sabbath. También me acuerdo de su reality en MTV, que era muy divertido, pero lo que más me impactó fue verlos en vivo en el Estadio Monumental en 2013. Fue inolvidable. Esa vez, un tipo cruzó desde la galería hasta llegar abajo del escenario con una antorcha encendida. Ese momento resumió la devoción que genera Ozzy, quien siempre será una de mis influencias más profundas”, resumió.

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