No hay centro
De cara a una nueva elección presidencial no existe un candidato de centro o moderado. La situación tiene una explicación rápida en la circunstancia que no existe hoy un partido de centro, ahora son de centro izquierda o centro derecha, pero también hay una explicación estratégica en la circunstancia que ninguna elección trascedente, por estos días en el mundo, se vuelca hacia el centro político: Estados Unidos, Alemania, Latinoamérica. Veamos el por qué.
Nada nuevo bajo el sol, ya en Grecia Socrates (por medio de Platón) precisaba que el sistema de gobierno debía transitar por la justicia e igualdad, mientras que Aristóteles precisaba que debía hacerlo por la libertad
¿no les parece conocido el discurso o los argumentos?
Hace poco más de un mes visitó el país Amador Fernández Savater, filósofo español que precisó, antes de profundizar, “el mundo no está hoy para moderados”. Este autor, hijo de Fernando Savater (“Etica para Amador”), que se denomina “filósofo pirata”, señaló que “hay una radicalización, hay una crisis, en el mundo de tal calibre a nivel social, a nivel personal, a nivel de las guerras que estamos viviendo, a nivel de lo que está pasando, que las opciones moderadas, que durante mucho tiempo fueron el consenso democrático-liberal, el fin de la historia según Fukuyama, creo que se están agujereando y cuarteando”. (La Tercera domingo 22 de junio de 2025)
Señala el autor, en la publicación citada, que “yo creo que estamos entrando en un mundo en el que lo que era el consenso se cuartea, se agujerea, pierde el control de las cosas y el mundo va hacia extremos” y precisa: “me parece que hay una crisis en el mundo, objetiva y subjetiva, de lo que entendemos que nos pasa, que se está optando por esas soluciones más radicales y la derecha tiende, para ganar votos, a radicalizarse también.”
En mi opinión el análisis, que es bastante más complejo y desarrollado, se complementa con la circunstancia que en el mundo actual, globalizado, integrado y en el cual existe un solo sistema económico, por lo menos en occidente, más que ciudadanos, existen consumidores que sólo buscan la satisfacción de sus necesidades más urgentes, por el medio que les parezca más idóneo y no necesariamente por el que compartan emocional o reflexivamente
la reflexión y el análisis no existen, ni tampoco forman parte de un proceso previo a la elección de una autoridad. Así nos encontramos con esta paradoja en que los antiguos partidos anti-sistemas, que normalmente se encontraban en la izquierda, forman parte de la estructura y que partidos ordenados y dentro del sistema, hoy se encuentran fuera de él, al fragor de la batalla política, asumiendo un camino propio no sujeto a alianza alguna.
Por eso me parece que es muy valiente plantear, hoy por hoy, una alternativa de centro, pues asumir esa condición no está dentro de las alternativas de la ciudadanía e implica, si no eutanasia, un proceso de suicidio político que condicionará absolutamente la subsistencia de quienes pretendan un crecimiento en esa parte del espectro político.
Habitamos un mundo de inmediates, ansioso de resultados rápidos, alejando del razonamiento y el control democrático que una ciudadanía organizada e instruida puede efectuar y ello nos conducirá a un vaivén que se mantendrá hasta que el proceso histórico diga otra cosa o en el que nuestros líderes verdaderamente interesados y con visión de futuro y realidad tengan la generosidad de formar una mayoría que excluya esta posibilidad de extremos antisistema y que gobierne adecuadamente y con eficiencia el país.
Una última reflexión. Todo lo que se ha planteado ya ha ocurrido en nuestro país y creo firmemente que el resultado no será distinto pues, hace escaso tiempo y en menos de un año y medio, las posiciones extremas se turnaron para dar una nueva constitución a nuestro país
y ambas fracasaron.




