“El Amor es Azul”: Recordando a Paul Mauriat
El Director francés Paul Mauriat, fue uno de los mas famosos intérpretes de la “Música Orquestada” tan en boga entre las décadas del ’50 y ’70 del siglo XX, aquella música hecha para ser el fondo de algo: de la espera en el aeropuerto o la consulta médica, del intermedio en una función de cine o del trago a media tarde, pero en especial de la hora de la sobremesa; aquella hora tan ausente y tan necesaria en los tiempos que corren.
En las décadas citadas surgieron profusamente conjuntos orquestales que cultivaron dicho estilo, ofrecían sus propias versiones de éxitos del momento, eventualmente incluyendo clásicos de siempre, todo por el precio de uno, muchos de estos intérpretes se pierden en el recuerdo, pues no tenían mas pretensiones que la mencionada. Incluso, se daba el caso de producciones hechas especialmente para exaltar las bondades de los avances en los sistemas de grabación, como por ejemplo la serie Phase 4 del sello London.
Paul Mauriat impuso su estilo, sus violines suenan inconfundibles en la memoria auditiva de muchos, al igual que los coros y trombones de Ray Conniff o el contrabajo de la gran orquesta de Bert Kaempfert. Nosotros, los de ese tiempo lo recordamos precisamente a la hora de la sobremesa, en el infaltable programa de la radio A.M. que deleitaba a sus auditores con una “Selección de agradables melodías para la sobremesa dominical”. Entonces desde la vieja radio a tubos sonaba “Los paraguas de Cherburgo”, al tiempo que disfrutábamos el postre del almuerzo familiar. Entonces, nos consumían las ansias de salir a patear la pelota con los amigos de la cuadra, o las ganas de ir a pasear con las muchachas del barrio en bicicleta, siempre y cuando el viento, el frío o la nieve lo permitieran.
Recordar a Paul Mauriat es evocar la niñez y la juventud, es ver sus discos de vinilo del sello Phillips envueltos en carátulas con forro de nylon, en la vitrina de la antigua Discoteca Domic de la calle Roca.
De sus melodías, obviamente la orquestación de “El amor es azul” (de André Popp y Pierre Cour) fue la mas trascendente. Fue grabada originalmente por la cantante de origen griego Vicky Leandros, que en 1967 la interpretó en el Festival de la Canción de Eurovisión en representación de Luxemburgo. El director francés transformó “El amor es azul” en un éxito mundial, la encumbró a los número uno de los rankings de Estados Unidos, siendo superada sólo por “Hey Jude” de The Beatles. El verdadero sentido del título de la canción apunta a que el amor es triste; lo de “azul” es uno de los más memorables errores de traducción de títulos de canciones. La composición también la conocimos en versión del gran Raphael (“…gris, gris, mi amor es gris…”) quien transformó el error en “gris”.
Otra pieza importante en la discografía de Mauriat es “Nocturno”, de su propia autoría, que para nosotros los magallánicos cobra vital importancia, pues fue durante muchos años la cortina de cierre de canal 6 de Televisión Nacional. Al finalizar las peripecias de David Vincent en “Los invasores” o las aventuras de los hermanos Cartwright en “Bonanza”, sonaban los primeros acordes de “Nocturno” y entonces aparecía en la pantalla la imagen sombreada de la escultura del “Ovejero” de Avenida Bulnes y escuchábamos la voz de Caupolicán Sanhueza, el primer locutor de la televisión local, anunciando el fin de las transmisiones.
Mauriat nació en Marsella, Francia en 1925, formó su orquesta a fines de la segunda guerra mundial e hizo arreglos musicales para astros de la talla de Charles Aznavour, Maurice Chevalier, Dalida (“…ya llega Gigi l’amoroso…”) o Mireiile Mathieu, para quien compuso el mayor éxito de la cantante: “Món Credo”. En 1965 su agrupación adquiere el rótulo de “La gran orquesta de Paul Mauriat”, iniciando una ascendente carrera.
En 1980 el músico vino a Chile como Presidente del Jurado del Festival de la Canción de Viña del Mar. Subió al escenario y acompañado de la “Orquesta Festival”, abrió su presentación de once minutos con “El amor es azul”, cerrando con “Gracias a la vida” de Violeta Parra.
Paul Mauriat se presentó por última vez en Osaka, Japón en 1998; falleció el viernes 3 de noviembre de 2006 en la ciudad de Perpignan Francia.




