Lidia Amarales: “Nunca jamás voy a enfrentar un maltrato con un maltrato”
Lidia Amarales es una mujer fuerte, de esas que no pasan inadvertidas. Alta, de buena presencia y carácter decidido, su apellido está en el inconsciente colectivo de los magallánicos, ya que gran parte de su familia está constituida por profesionales de la salud. Incluso, un espacio del Hospital Clínico Magallanes fue nombrado en honor a Jorge Amarales Aspinall, gineco-obstetra, su padre.
Es una de las figuras femeninas más influyentes de la política magallánica, abriéndose paso en un terreno que aún conserva marcadas huellas del dominio masculino. Luego de varios años alejada del escenario político, regresó al cargo que la vio nacer en el servicio público: seremi de Salud.
“Ahora vuelvo al lugar inicial y me encuentro con un tremendo equipo, gente muy valiosa. Veo que los equipos están muy afiatados”, indica.
Cuando Amarales pisó por primera vez la seremi de Salud en el año 2000, era una oficina con solo tres profesionales. “Era como un jarrón: muy bonita, pero sin ninguna atribución”, recuerda. Esto cambió con la reforma sanitaria implementada durante el gobierno de Ricardo Lagos. “A mí me tocó implementar la seremi de Salud cuando se convirtió en autoridad sanitaria”, agregó. A 20 años de aquello, ve con orgullo la tarea realizada y enfatiza que hoy los grandes desafíos están en incorporar la salud a todas las políticas públicas y trabajar en los indicadores de obesidad.
Confiesa que ha sido una primera semana muy intensa y que aún no logra reunirse con todos sus equipos. Su día comienza a las 6,30 de la mañana y finaliza pasadas las 20 horas. El encuentro con Amarales fue en su oficina, ubicada en el tercer piso del edificio Bioclimático, pasadas las 9,30 horas; llegó con varios minutos de retraso. Antes de la entrevista con El Magallanes, había sostenido a temprana hora un encuentro con gremios y, luego, otro con los profesionales del Programa de Espectro Autista. Llegó con paso firme, pidió las disculpas del caso y comenzó de inmediato a responder las preguntas.
Los cien metros y
AM Patagonia
Los papeles sobre la mesa de reunión delatan que es de esas personas a las que les gusta hablar con datos en mano. Con cada pregunta, iba mostrando documentos que respaldaban sus respuestas. Amarales fue escogida porque era una figura que no tendría que enfrentar la denominada “curva de aprendizaje”. Según ella, este cargo es como correr los 100 metros planos. Tiene la misión de cerrar un gobierno y destrabar varios temas, en una región donde la salud es la prioridad número uno de la ciudadanía.
Su llegada sacó ronchas en algunos sectores y una de las polémicas que surgieron desde la derecha fue su presunta vinculación al caso de colusión médica de AM Patagonia en 2008.
– ¿Cómo responde a las acusaciones de un connotado abogado de la plaza que, a través de redes sociales, sacó a colación su presunta vinculación en el caso de colusión médica de AM Patagonia?
– “Uno no es monedita de oro de nadie y esto pasa siempre, pero yo quiero decirte que AM Patagonia es una sociedad que funciona hasta hoy, se creó en 2006, me acuerdo. ¿Por qué se creó AM Patagonia? Yo era médico en ese momento, trabajaba en el hospital y era seremi de Salud. La necesidad que tuvo esta sociedad es un poco enfrentar el abuso de las Isapres, que sigue hasta hoy, por eso se creó, y por eso yo originalmente dije: ‘Bueno’. Pero, inmediatamente de haber entrado en este grupo, me doy cuenta y, por supuesto consulté con el abogado de la seremia, que yo estaba cumpliendo un rol en salud pública y, por lo tanto, no podía estar en una sociedad que estuviera, en el fondo, negociando con la Isapre. Inmediatamente yo me salgo de la sociedad. De eso es testigo y le puedes preguntar al doctor Marco Olguín, que organizó y presidió AM Patagonia”.
Desde su escritorio, Lidia Amarales sacó el fallo de la justicia y procedió a leer unos párrafos que tenía previamente destacados con amarillo. “El fallo señala que hay varios médicos que se habían salido, de los cuales estoy incluida yo, cuando se hace el fallo. Y segundo, dice, de las especialidades que están incluidas, y nombra las especialidades que, según ellos, estaban coludidas, que eran solo profesionales, y no nombra a un broncopulmonar infantil. Yo soy un broncopulmonar infantil, por lo tanto, yo no estoy en ese fallo”, señaló. Cuando estalló el caso AM Patagonia, Amarales era subsecretaria de Salud y ya no trabajaba como médico.
– ¿Aquí habría entonces una campaña orquestada en su contra? ¿Cuáles son las intenciones de este abogado al involucrarle en estos hechos?
– “No sé cuáles son las intenciones de él. Habría que preguntarle a él”.
Denuncia contra el hospital
y caso Cadi-Umag
– El año pasado usted denunció al Hospital Clínico por negligencia médica. ¿En qué quedó ese caso?
– “Se hicieron cambios correspondientes frente a los reclamos que yo había hecho de emergencia y mal funcionamiento de la asistencia pública, de urgencia, y tengo entendido que se hizo un sumario, pero yo nunca he indagado más de qué pasó y cuál fue el resultado del sumario. Yo hice una denuncia también al Colegio Médico, que todavía no se pronuncia, también por la acción ética de esos tres colegas. De hecho, la Mesa Nacional del Colegio Médico mandató a uno de los consejeros que me llamara y pidiera. La Mesa Nacional estaba impresionada por mi denuncia y me dieron toda la solidaridad, pero el Colegio Médico (regional) hasta ahora no se ha pronunciado con respecto a esa denuncia”.
– ¿Sigue sosteniendo que su salida del Cadi-Umag fue arbitraria?
– “Absolutamente. Yo entré al Cadi-Umag por petición del rector anterior, cosa que acepté porque era un desafío nuevo, tenía que ver con redes asistenciales. Mi trabajo en el Cadi-Umag fue maravilloso. En los primeros dos años hicimos cinco programas post-Covid, nos ganamos un Fonis, que es un Anid, pero en salud. Dentro de quince universidades prestigiosas, estábamos nosotros. Hicimos múltiples programas Tea, de rehabilitación, adulto mayor, etc. Pero, a medio andar, comencé a recibir maltratos de la directora Karena Espinoza. Hice la denuncia por Ley Karín. Posteriormente, realicé dos presentaciones a Contraloría porque no pasaba nada con el sumario”.
– ¿Los maltratos eran gritos?
– “Todo: gritos, codazos”.
– Pero usted es una mujer fuerte, con carácter.
– “Por eso hice la denuncia, porque yo era la subdirectora, y yo no soy una persona maltratadora. Cuando se me califica que tengo carácter -usted usó ese calificativo en el diario-… en realidad, yo soy otra persona en el trabajo, es decir, tengo carácter para decir lo que pienso. De hecho, trabajo maravilloso con los equipos. Yo no soy una persona que me enfrento a gritos y, cuando recibo un maltrato, no me quedo ahí y después digo: ‘Oye, esto no corresponde’. Nunca jamás voy a enfrentar un maltrato con un maltrato. Eso no está en mi ADN”.
– ¿Su salida del Cadi-Umag se podría leer como una defensa de la rectoría a la actual directora?
– “No. Bueno, para terminar el cuento, es que yo hago esto, la Contraloría dice: ¿qué pasaba? ¿Por qué el sumario no se terminaba de hacer? ¡Porque no se habían tomado las medidas de mitigación! Ella tiene otras cinco denuncias por maltrato. Hace un mes y medio a ella la sacan del cargo de directora”.
Actualmente se encuentra en un juicio contra la Universidad en el Tribunal del Trabajo, ya que, independientemente de que ejercía un cargo de confianza, era profesora asociada a la Escuela de Medicina. “Ese cargo no era de confianza, ese cargo es a contrata, que es renovable. Por eso la acusación es que aquí se cometió una arbitrariedad y que el maltrato no solo ha sido de la directora, sino que de la universidad”, expresó. Amarales no sólo fue echada del Cadi-Umag, sino que tuvo que dejar de hacer clases en la Escuela de Medicina. Al ser consultada por la crisis que atraviesa la universidad y el plan de ajuste, decidió no emitir una opinión pública.
Demanda al Estado: “Me di cuenta de que es importante que las nuevas generaciones conozcan lo que realmente fue la dictadura”
– ¿En qué trámite se encuentra su demanda al Estado por haber sido víctima de violación a los derechos humanos durante la dictadura cívico-militar?
– “Yo presenté esta demanda para la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. Me costó mucho hacerlo, mucho. Porque en realidad es un tema difícil, pero encontré que había llegado el momento de hacerlo, la conmemoración me hizo mucho sentido. Me di cuenta de que es importante que las nuevas generaciones conozcan lo que realmente fue la dictadura”.
Para ella, fue imposible no derramar un par de lágrimas al recordar las vejaciones que sufrió por parte de agentes de la dictadura en 1973. Tenía 19 años, cursaba el segundo año de Medicina y vivía sola en Santiago. “Mi padre estaba con arraigo regional, a él lo sacaron de jefe del servicio de neonatología, tuvo que viajar una tía”, recordó. Fue suspendida un año de la universidad en un proceso “absolutamente ilegal”, enfatizó. “Fui torturada, muchas veces. Entonces, yo creí que era importante externalizar lo que era”.
– ¿Cómo marca en su carácter el ser sobreviviente de torturas?
– “Cuando te pasa algo así a los 19 años, uno tiene que ser resiliente. Porque hay gente que no puede sobrevivir. Entonces, te enseña a enfrentar momentos muy duros en la vida y eso te da un carácter muy especial, pero te hace crecer. Crecer bajo todo tipo de cosas. No puedo no emocionarme, porque hasta el día de hoy tengo 71 años. Cuando tengo un momento duro en la vida, hay un estrés postraumático (…) Por eso creo que es importante haber hecho esta demanda al Estado”.
– ¿Está de acuerdo con levantar el secreto de la Comisión Valech?
– “Mire, yo estoy de acuerdo en levantarlo, pero entiendo que hay un compromiso del Presidente Lagos con las agrupaciones. Pero yo creo que también, por sanación, debería levantarse, porque creo que hay muchas atrocidades que todavía no se conocen.
“Hay que ver qué pasa con las personas que no quieren y respetar el compromiso que se tuvo con ellas. A mí me costó años hablar de la tortura, años. Todavía, hasta el día de hoy, hablo de la tortura y me emociono. Han pasado 53 años. Realmente quiebra. Entonces, hay gente que… Yo, afortunadamente, no fui violada, pero fui vejada”.
Convenio de Programación y críticas de Radonich por Cecof
– ¿Cuál es el porcentaje de ejecución del convenio de programación?
– “El porcentaje de avance es del 14%, de los cuales 14.000 millones (de pesos) están dados por sectorial y 15.000 millones por el FNDR, es decir, 50 y 50. De hecho, nosotros hemos invertido más en el sectorial que el FNDR.
“Tuve la primera reunión con el Servicio de Salud y, en general, todos los proyectos que están en el convenio de programación se están avanzando. Le pedí que me pudieran entregar una carta Gantt para ver en qué etapa vamos y ver cuáles son los tiempos de término de cada una de las etapas”.
– ¿Cómo responde a las críticas del alcalde Claudio Radonich ante las presuntas demoras en el inicio de los trabajos del Cecof de Río Seco?
– “Para partir, quiero decirte que en relación a ese proyecto, va en los tiempos.Ya anoche (jueves) se mandó por parte del ministerio la visación del Cecof; ya se envió anoche (jueves) al Gore para que entre en discusión el día lunes. Esos son los tiempos que se habían comprometido, los tiempos que el subsecretario había comprometido en la municipalidad, y los tiempos se han cumplido. A mí me llamó mucho la atención la declaración del alcalde de decir que estábamos atrasados, porque confunde a la comunidad. De hecho, ayer tuvimos una actividad con la Unión Comunal en la cual estaba la comunidad del Río Seco, y que se quedaron con lo que salió en el diario”.
– ¿Se va a reunir con Radonich para clarificar los avances en la construcción de infraestructura hospitalaria?
– “Este martes hay una reunión del Servicio de Salud con el alcalde para revisar el convenio de programación y tomar algunas decisiones (…) Nosotros tenemos un trabajo muy afiatado con el municipio, entonces, por eso de repente nos llama la atención que, sin siquiera preguntarnos a nosotros en qué va, se digan estas cosas. Eso es muy malo porque demuestra incoordinación; se produce una falta de credibilidad cuando nosotros decimos que está todo perfecto y él está diciendo que las cosas no están funcionando”.
– ¿Cómo responde a las críticas de los consejeros regionales que en reiteradas ocasiones han mencionado que el Minsal ha invertido menos que el Gore en los primeros años de convenio?
– “En este momento tenemos 70-30, 70% del presupuesto del Minsal y 30% del presupuesto FNDR, así que está claro quién se está poniendo con más”.
– Pero hoy la inversión FNDR es muy similar a la del Minsal. ¿Se presume que en los próximos años entrarán mayores inversiones del Minsal?
– “Se está trabajando con el gobierno regional porque, a veces, es más fácil ir haciendo un traslape. Por ejemplo, cosas que son más con infraestructura y que requieren más tiempo, porque hay que hacer el estudio de normalización, de oferta-demanda, del diseño arquitectónico. Todo eso toma tiempo, y si tú tienes platas que son más frescas, ya sea a través de FNDR o Zonas Extremas, le da más rapidez hacerlos por esa vía. Pero el ajuste de 70-30 va a ser igual. Entonces, si logramos que, por la rapidez, el FNDR sea más rápido para poder avanzar en la estructura física, da lo mismo, todo lo contrario. Eso es bueno para Magallanes, para la región. Porque igual vamos a mantener los presupuestos 70-30”.




