Academia AK 47 celebró su primera década con gala de homenaje y más de 70 bailarines en escena
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La institución, dirigida por Patricio Soto Paredes, reunió a actuales y antiguos integrantes para conmemorar hitos de su trayectoria, desde sus primeras generaciones hasta los bailarines que llevaron su arte a escenarios internacionales.
La Academia AK 47, uno de los referentes de la danza urbana en Punta Arenas, cumplió una década de trayectoria y lo celebró con una gala conmemorativa que reunió a más de 70 bailarines en escena. El evento, realizado este domingo, combinó exhibiciones masivas, números individuales y un emotivo repaso por los momentos y personas que marcaron el desarrollo de la agrupación desde su fundación en 2015.
Durante la jornada de ayer se rindió tributo a la primera directiva, a la alumna más pequeña de los inicios, a los exbailarines que fueron los únicos en representar a la academia en escenarios de Estados Unidos y a los integrantes que permanecieron activos durante más de seis años. También se destacó a la primera generación de egresados, compuesta por jóvenes que, tras su paso por la institución, siguieron ligados al arte y a la danza en distintos espacios y proyectos.
La apertura de la gala estuvo a cargo de una “mega view” que reunió a 70 intérpretes en escena. Posteriormente, se presentaron duetos y números individuales preparados por los propios alumnos vigentes, quienes quisieron mostrar parte de su trabajo artístico. La clausura estuvo marcada por la presentación de una de las creaciones más recientes del grupo selectivo de la academia, que concentra a los bailarines con preparación competitiva y que ha representado a la institución en diversos escenarios.
La historia de AK 47 comenzó en agosto de 2015, en un contexto en el que no existían en la región espacios formales dedicados a la enseñanza de danzas urbanas para distintas edades. Su fundador, Patricio Soto Paredes, contaba entonces con más de 25 años de experiencia en la danza, pero debió adaptarse a un cambio generacional que impulsó la aparición de nuevos estilos y demandas artísticas en la ciudad. La propuesta se centró desde el inicio en ofrecer un espacio formativo y competitivo para niños, jóvenes y adultos, con un enfoque exclusivo en este género de baile.
A lo largo de estos diez años, la academia creció de manera sostenida hasta alcanzar, al momento de la celebración, 110 bailarines activos, respaldados por un equipo organizador compuesto por 15 apoderados. Este grupo ha sido clave en la logística, producción y gestión de eventos, así como en el mantenimiento de la infraestructura. La dirección artística ha estado siempre a cargo de Soto, quien diseñó las coreografías para las competencias y espectáculos, apoyado por tres instructores encargados de las clases y entrenamientos regulares en las distintas categorías.
La academia mantuvo una estructura de trabajo que incluye categorías desde los cinco hasta los 26 años, además de un espacio recreativo para adultos que se reúne cada viernes. Este formato ha permitido integrar a apoderados y personas externas interesadas en aprender y disfrutar de la danza urbana, más allá del ámbito competitivo.
El segundo semestre, que comenzó en agosto, marcó el inicio de la preparación para competencias regionales y nacionales programadas entre octubre y noviembre. Una vez finalizada esa etapa, la academia tenía previsto abrir sus talleres de verano, que se realizan entre diciembre y mediados de enero, antes de iniciar un nuevo ciclo formativo en marzo.
En ese momento, el proceso de inscripción se encontraba en su fase final debido al alto número de interesados. Sin embargo, la academia mantenía abiertas las puertas para nuevos talentos que quisieran sumarse a sus filas, con la promesa de formarse en un ambiente de disciplina, creatividad y proyección artística, respaldado por una trayectoria que ha dejado huella en la escena cultural de la región.




