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Valentina Letelier Rodríguez fue reconocida como “emprendedora joven”

Injuv distinguió a terapeuta magallánica por su labor con niños en el desarrollo de habilidades emocionales

Sábado 16 de Agosto del 2025

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Con apenas 26 años, la terapeuta ocupacional Valentina Fernanda Letelier Rodríguez ha convertido su vocación en un motor de cambio para la comunidad infantil de Punta Arenas. Egresada en 2017 de la Umag inició su carrera profesional trabajando de forma particular en Viña del Mar, pero fue en Magallanes donde consolidó el proyecto que hoy la hizo acreedora del reconocimiento que el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) entrega a jóvenes destacados de la comuna.

Su iniciativa, “T.O. Vale Taller”, nació en 2022 como una propuesta conjunta con su pareja, Nicolás Lara Vera, técnico en educación especial. La idea era fusionar ambas disciplinas para ofrecer un espacio dirigido a niños y niñas, centrado en el desarrollo de habilidades emocionales y sociales. En estos encuentros, los participantes aprenden a reconocer sus emociones, ponerles nombre, comprenderlas y expresarlas de forma adecuada, evitando conductas impulsivas que puedan dañar a sí mismos o a otros.

“Veía que había una necesidad en la población infantil en el tema del desarrollo de habilidades emocionales. Sí existen talleres gratuitos y privados, pero sentía que esta área se estaba quedando de lado”, explica Valentina, quien subraya que el objetivo es entregar herramientas que acompañen a los niños a lo largo de su vida, incluso en la adolescencia y adultez.

El taller comenzó a funcionar en una escuela de pedagogía Waldorf, pero tras su cierre en diciembre de ese mismo año, se trasladó al Centro Educativo Farol, donde continúa hasta la actualidad. Allí, cada viernes por la tarde, Valentina y Nicolás desarrollan las sesiones grupales en formato de dupla terapéutica, mientras que en la semana Valentina ofrece atención individual como terapeuta ocupacional, abordando desde dificultades en la vida diaria y escolar hasta procesos de participación social, descanso y autocuidado.

Arribo a Punta Arenas

La llegada a Punta Arenas también estuvo marcada por un cambio personal importante: el nacimiento de Venus, su hija, quien hoy tiene dos años y tres meses y ha crecido acompañada de la dinámica del taller. 

En 2024, Valentina decidió postular al programa de apoyo del Fosis con el fin de mejorar y ampliar el alcance del proyecto. Fue seleccionada y participó en un ciclo de capacitaciones sobre gestión, redes sociales y estrategias de comunicación. Gracias a este respaldo, adquirió material didáctico, juegos de mesa y recursos para diversificar las actividades, así como registro audiovisual del trabajo que realizan, con el objetivo de llegar a más familias.

El premio del Injuv la tomó por sorpresa. “Me emocionó mucho, me sentí orgullosa. Lo que hago es de forma desinteresada, no espero recibir un reconocimiento por entregar lo mejor de mí o apoyar a quien lo necesita”, comentó tras recibir la distinción, agradeciendo también a Fosis Magallanes por haberla nominado.

Su vocación de servicio tiene raíces profundas. Desde los seis años acompañaba a su madre a hogares para niños y niñas, y durante su adolescencia participó como asistente y luego monitora en grupos infantiles, transmitiendo valores de respeto, solidaridad y empatía. Más adelante integró patrullajes nocturnos para entregar alimentos a personas en situación de calle, se formó como payasa hospitalaria para llevar alegría a pacientes pediátricos y comenzó a colaborar con una ONG que apoya a comunidades en Africa, labor que mantiene hasta hoy.

Para Valentina, la terapia ocupacional es mucho más que una profesión: es su misión de vida. “No voy pensando en cuánto dinero voy a recibir, sino en lo que puedo dar. Tengo muchísimo para entregar, y mis brazos siempre están abiertos para quienes quieran recibirlo. La Valentina de seis años estaría orgullosa de lo que soy hoy”, afirma con convicción.

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