“Nos estamos yendo a pique”: Habla armador Horacio Vera por última comunicación con tripulantes de lancha Ana Belén
Lucas Ulloa Intveen
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En entrevista con La Prensa Austral, el armador de la lancha a motor Ana Belén, Horacio Vera, cuyo último reporte fue el jueves por la tarde y actualmente se mantiene un operativo de búsqueda en curso, se refirió a los hechos que mantienen en vilo a las familias de pescadores que esperan noticia de sus seres queridos. Horacio se refiere a distintas irregularidades que han aflorado a raíz de la emergencia, las causas que podrían haber incidido en el naufragio, como también su dolor personal en esta situación.
“Yo tenía comunicación todos los días con ellos, preocupado de cómo están, si les falta algo y cómo está el tiempo”, abre en su testimonio Horacio. Esta semana era particularmente importante, ya que estaban en tránsito de regreso a Punta Arenas, con la lancha cargada de erizos. “El retorno para mi siempre fue preocupante, de hecho muchas veces me quitó el sueño”, pensando en este viaje que comenzaban a emprender desde el jueves.
Alrededor de Horacio había una multitud de pescadores y compatriotas de los desaparecidos quienes se acercaron hasta el edificio de la Gobernación Marítima de Punta Arenas en señal de apoyo a las familias. Entre banderas de Paraguay y mates, entregó su declaración a este diario.
Ultimo contacto
Entre la tripulación que iba a bordo está un cuñado de Horacio, Fernando González, y su sobrino César González, de 23 años, además de otros dos chicos que habían trabajado antes con él, todos paraguayos y jóvenes. “Ellos tenían su grupo y siempre les gustó andar entre puros paraguayos, porque tienen su idioma, su guaraní”, refiere.
“Conversamos con mi cuñado, que es el encargado y me dice “acabamos de desaposar, tenemos carga completa. Vamos a tratar de pasar a una zona que se llama Los Picachos”, que es un nombre de fantasía que le pusimos nosotros por ser zona muy rocosa, muy picúas. Me dice “vamos saliendo de acá, si pasamos Los Picachos ya estamos al otro lado”. Pasaron como 20 minutos y me dice “hola Horacio, buenas tardes. Nos estamos yendo a pique”, relata Vera.
Pese a sentirse abatido y preguntarse por qué suceden estas cosas, Horacio afirma: “Tengo que ser fuerte porque sé que se viene muy duro para mí”.
Sobre este punto, reconoce que ha realizado estos trabajos “muchas veces infringiendo la ley, con las documentaciones. Es algo que yo tengo que apechugar”. Continúa indicando que “yo andaba como buzo y mi hermano también figuramos en el zarpe, pero estábamos acá. Esto uno lo hace porque está obligado a hacerlo, para sacar su producto. Y porque necesita uno hacerlo para ayudarle a ellos, son mi familia (
) Siempre les abrí las puertas para trabajar y nunca tuve un problema con ellos, con ninguno”.
Sobrecarga
Desde Punta Arenas zarparon el 12 de agosto a las doce de la noche, programando su recalada para el 31 de agosto. “Ahora vino una mejora de tiempo y lograron ellos completar su carga”, sostiene Horacio. Viajes anteriores no habían sido tan productivos, sumado a que van dos años con el precio del producto a la baja. “Nos pagan una miseria y la gente muchas veces tiene que arriesgarse, como con lo que pasó ahora, con exceso de carga, para que así de alguna manera puedan ganar unos pesos más”, declara. “Toda la gente que trabajamos en este mercado pagamos el zarpe y después lo que sobra se reparte en partes iguales”.
Horacio recuerda que comenzó su trabajo en la pesca con un bote y que su sueño siempre había sido tener una embarcación, lo que pudo lograr. En 2021 perdió una embarcación también en un accidente marítimo. Respecto de la Ana Belén asegura haber estado con sus mantenciones al día y lista para navegar.
Sobre las causas de la tragedia, apunta a que “los muchachos tomaron una mala determinación. Hicieron las cosas mal. Solamente Dios sabe cómo pasó. Pero yo vi la embarcación y la vi demasiado cargada. Ellos son cabros jóvenes, de repente toman las cosas para la risa, no miden las consecuencias. Yo les digo que siempre con precaución, si hay mal tiempo, mejor que fondeen. Porque para que pasen estas cosas, no cuesta nada”.




