Marino Muñoz Agüero: “’Ocho poemas meridionales’ fue la unión de dos talentos, la amistad reflejada en una obra hermosa, tangible”
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– Este año se conmemora el centenario del nacimiento de Marino Muñoz Lagos y, como parte de esta efeméride y del propio aniversario de La Prensa Austral, mañana circulará en forma gratuita junto al diario dicho poemario que cuenta con fotografías de Arnaldo Alarcón Fabres.
Marino Muñoz Lagos llegó a Punta Arenas en 1949, aquí ancló para siempre. Contrajo matrimonio con la educadora Eulalia Agüero Pletikosic y llegó a ser un magallánico más, desarrollando junto a su labor de profesor diversas actividades ligadas a la cultura, entre ellas columnista de nuestro diario por casi siete décadas.
Este 2025 se conmemoran cien años de su nacimiento en la ciudad de Mulchén, el 19 de julio de 1925. Esta efeméride coincide con el 84º aniversario de la fundación de La Prensa Austral. Por ello, se tomó la decisión de reeditar su obra “Ocho poemas meridionales” y hacerla circular en forma gratuita junto con el diario mañana lunes.
En este proyecto fue figura clave su hijo: Marino Muñoz Agüero. Desde 2016, él ocupa el lugar de su padre como columnista en El Magallanes (edición dominical de La Prensa Austral). Es Ingeniero Comercial y Economista de la Universidad de Concepción, con estudios Magister en Salud Pública y Epidemiología Universidad de Chile y Magister en Desarrollo Organizacional Universidad Diego Portales.
– ¿Cuánto pesa llamarse Marino Muñoz?
– “Ser hijo único de dos profesores es una responsabilidad. En mi caso, agregamos que he devenido en columnista del diario, una de las actividades que desarrollaba mi padre. Nunca estuvo en mis planes escribir, sólo dedicarme a mi profesión en la cual me siento realizado, pero las cosas se dieron ese día que mi padre me envió a avisar que no quería escribir más y surgió la posibilidad de hacerme cargo de la columna, pues, de tanto en tanto, publicaba una que otra cosa”.
– Hablemos del proceso creativo de su padre y como fue crecer en el ambiente de los libros.
– “En una entrevista le preguntaron a mi padre a qué hora lo visitaban las musas o cuál era el momento de la inspiración y cosas así. El, que era un hombre eminentemente práctico, les respondió que escribir era un trabajo como cualquier otro, con plazos de entrega y que había que hacerse horarios para trabajar. Yo siempre lo vi así, cultivaba una férrea disciplina y se daba momentos para todo. Respecto de lo segundo, yo crecí entre libros, pero no fui un niño, ni un joven lector, el gusto por la lectura me llegó después de los veinte años de edad. Mis padres tenían una amplia cultura general, producto de su formación docente, de sus inquietudes personales, de las oportunidades que tuvieron de viajar cuando ello no era tan fácil. Por ejemplo, mi mamá estuvo en la Unión Soviética con motivo del Congreso Mundial de Mujeres Moscú 1963, y mi papá se ganó la Beca de la Fundación Ford en 1966 y estuvo en Puerto Rico, Estados Unidos, México y otros países. Todo esto que cuento, a uno lo va formando, lo mismo que todas y todos los escritores que conocí”.
– ¿Cómo valora la poesía de Marino Muñoz Lagos?
– “Es una poesía simple y profunda a la vez. Me agrada y la prefiero a la de otros poetas y no tengo razón para ocultarlo, es cosa de gustos. Lo que jamás haría es escribir sobre su obra y ensalzarla, menos aún aprovechar para eso el espacio que tengo en el diario. Leo muy poca poesía: Mario Benedetti, Ernesto Cardenal, Alejandra Pizarnik, Henry Longfellow, Rolando Cárdenas, Gabriela Mistral, Nicanor Parra, pero el que más me gusta es Marino Muñoz Lagos”.
– ¿Cómo surge “Ocho poemas meridionales”?
– “Fue en 1982, con motivo del Segundo Encuentro Nacional de Escritores de Magallanes. Mi papá lo conversó con su amigo y fotógrafo Arnaldo Alarcón Fabres, en ese entonces uno de los propietarios del Hotel Los Navegantes, entidad que se hizo cargo de la edición. Fue un libro hermoso, pues los poemas tienen el fondo de las fotos de don Arnaldo. Fue la unión de dos talentos, la amistad reflejada en una obra hermosa, tangible”.
– ¿Qué tiene de especial “Ocho poemas meridionales”?
– “Bueno, en primer lugar, siempre he pensado que es un libro que se perdió en el tiempo; además es un texto ilustrado. Pero lo más importante es que es el único libro de poesía de mi papá enteramente dedicado a Magallanes, refleja muy bien lo que una vez señaló en una entrevista: “Yo soy poeta de Magallanes”. Esto es significativo, pues a nivel nacional a Muñoz Lagos se lo asocia con el sur, el Bío Bío, la Región de la Frontera, con la lluvia y los trenes, y en “Ocho poemas…” le canta al viento, a la nieve, los glaciares, la Tierra del Fuego. El amó esta tierra, cuando llegó relegado en 1949 trabajó en la Escuela de Agua Fresca, contaba que se iba a caballo al hotel de los Rajcevic a charlar con los amigos del sector y eso en pleno invierno ¡y cómo sería el invierno en Agua Fresca en esos años! En 1957 fue a la Antártica, conoció cada rincón de esta Patagonia y tenía amigos en todas partes.
– ¿Qué piensas de esta nueva edición?
– “Es una tremenda alegría que La Prensa Austral reconozca la obra de mi padre. Señalar también que don Arnaldo Alarcón tuvo la gentileza de poner a disposición de esta publicación sus fotografías, otras fotografías, no son las mismas de la primera edición y, en ello, le cupo también un rol destacado a Loreto, hija de don Arnaldo y amiga mía de toda la vida que ayudó en esta tarea”.




