Hidrógeno verde en Magallanes: entre el incentivo y la carga tributaria

El proyecto de ley que busca impulsar la industria del hidrógeno verde en Chile ha generado entusiasmo y, a la vez, inquietud. La propuesta del Ministerio de Hacienda contempla beneficios tributarios significativos, como un crédito contra el Impuesto de Primera Categoría para compradores de hidrógeno verde y un marco tributario especial para productores que se instalen en la Región de Magallanes. Sin embargo, la inclusión de un pago anticipado equivalente al 1% de la inversión prevista ha despertado críticas entre los inversionistas, quienes advierten que, tal como está planteado, podría desincentivar la instalación de proyectos en la región austral.

Para proyectos millonarios que alcanzan los US$10.000 a US$16.000 millones, este anticipo implica desembolsos de cientos de millones de dólares antes de generar siquiera un kilo de hidrógeno verde. Expertos como Marcos Kulka, de H2 Chile, señalan que el problema no es la contribución per se, sino el momento en que se exige. Aplazar el pago hasta que los proyectos comiencen a generar ingresos, sostienen, permitiría compatibilizar el desarrollo regional con la viabilidad financiera de las iniciativas.

La apertura del ministro de Energía, Diego Pardow, a discutir modificaciones demuestra pragmatismo. Reconocer que “si este 1% tiene que tener un techo, si tiene que ser menos, o si el hito que gatilla su adelantamiento puede ser otro, es algo que se puede conversar” es un gesto crucial para alinear la legislación con la realidad económica de Magallanes y los planes estratégicos del país en energía limpia. La Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde 2030 establece claramente que esta industria debe crecer en Chile con miras a la exportación global, y cualquier norma que genere incertidumbre corre el riesgo de frenar inversiones esenciales.

El debate no debe centrarse únicamente en la tributación, sino en cómo diseñar incentivos que equilibren la rentabilidad de los proyectos con la contribución efectiva al desarrollo regional. La industria ha mostrado disposición a colaborar, siempre que se consideren ajustes razonables, como la posibilidad de optar entre los distintos regímenes tributarios de Magallanes o definir con precisión el momento de pago del 1%.

Este proyecto de ley representa una oportunidad histórica para Chile: consolidarse como líder mundial en hidrógeno verde, promover empleo y desarrollo en el sur austral y avanzar hacia una economía más limpia. Pero para que ese futuro se materialice, la regulación debe ser flexible, coherente y capaz de incentivar la inversión en lugar de restringirla. Magallanes no puede permitirse que la rigidez de una norma apague la chispa de una industria que promete ser un motor de desarrollo para toda la nación.