El mayor beneficio que otorga el Estado
Marco Uribe Saldivia
Secretario Regional Ministerial
de Vivienda y Urbanismo
El subsidio para la obtención de viviendas sin deuda es posiblemente el mayor beneficio que otorga el Estado de Chile. Desde el 2011 a la fecha, las condiciones para su obtención están normadas en el Decreto Supremo N°49 que rige el programa Fondo Solidario de Elección de Vivienda (FSEV) en sus variantes individual o colectiva.
Para efectos de postulación colectiva, las Secretarías Ministeriales de Vivienda y Urbanismo suscriben en cada región, convenios con Entidades Patrocinantes públicas o privadas, las que, mediante un contrato con la directiva de cada agrupación de vivienda debidamente conformada, asumen el desarrollo técnico, jurídico y social del proyecto habitacional y su postulación al Programa FSEV.
Dicha tarea, de la máxima importancia, es a su vez supervisada por los Servicios de Vivienda y Urbanización de cada Región.
Los años 2021 y 2022 la sección de Auditoría Interna del Minvu detectó que en nuestra región y particularmente en Punta Arenas, se estaba incumpliendo el D.S. N°49, conformando agrupaciones con altos porcentajes de postulantes sin núcleo familiar y grupos familiares sin carencia habitacional. Como consecuencia se ordenó rectificar estas faltas y focalizar el beneficio en las familias con vulnerabilidad social.
Junto con asegurar el acceso a la vivienda sin deuda a familias con urgencia habitacional que no cuentan con otras herramientas para su obtención, el estricto cumplimiento de la normativa nos permite garantizar a todas las chilenas y chilenos, que el mayor beneficio económico que otorga el Estado se entregue a quienes cumplen los requisitos, debidamente acreditados.
En la actualidad, el costo de una vivienda sin deuda bordea los 100 millones de pesos, de los cuáles por lo general el Minvu aporta aproximadamente el 74%, el Gobierno Regional un 25% y las familias el 1%. Sin embargo, existen proyectos en donde el GORE aporta el equivalente al sector para que se puedan llevar a cabo proyectos de mucha complejidad, como lo fue el conjunto habitacional “Esperanza” de Torres del Paine (entregado en enero de este año), el proyecto “Soberanía en el Fin del Mundo” de Puerto Williams (entregado en mayo de este año) y el proyecto “Pioneros” de Cerro Sombrero (actualmente en ejecución).
Sumado a lo anterior, hemos intensificado la fiscalización al correcto uso de las viviendas, verificando su ocupación por parte de los postulantes o en caso contrario reasignando el beneficio. En esta tarea hemos identificado que el mayor porcentaje de viviendas sin uso fue asignado a postulantes sin núcleo familiar y en un rango etario inferior a 30 años.
Comprendiendo que los sectores medios y postulantes sin núcleo familiar requieren igualmente de opciones para acceder a la vivienda definitiva, en valores asequibles, generamos el primer llamado regional del Programa de Integración Social y Territorial (D.S. N°19). Gracias a esto, se construye actualmente el primero de tres conjuntos habitacionales de casas y departamentos del Plan Urbano Habitacional “Ciudad de los Vientos”, que dará cabida a 750 nuevos propietarios. Los subsidios del Minvu y el aporte del Gobierno Regional, en el marco de nuestro convenio de programación, harán posible el pago de dividendos que partirán en 250 mil pesos aproximadamente para un cálculo a 30 años.
Llevar a cabo nuestra función se inicia con la entrega de información fidedigna respecto a los programas habitacionales y sus requisitos. Inscribirse como parte de una agrupación no es sinónimo de cumplir con dichas exigencias, por lo que las dirigencias están llamadas a gestionar que dicha información llegue a sus bases, para lo cual estamos cien por ciento disponibles.
Hemos reiterado que, a través del Plan de Emergencia Habitacional, el Minvu está recuperando su rol articulador de la política urbano habitacional del país, con la participación de los distintos actores de cada territorio. Es por ello que, valoramos especialmente el compromiso asumido por las Entidades Patrocinantes activas en Magallanes para realizar una focalización exhaustiva de nuestros programas y cautelar de esta forma, los procesos y recursos del Estado.
En tiempos de desinformación y campaña electoral, no debemos tolerar que los beneficios que otorga el Estado se usen como moneda de cambio.




