Historias humanas en torno al medioambiente destacó el “Jurado del público” del Festival de Cine Polo Sur Latinoamericano

• Olga Cárdenas Krautz, Patricia Cremaschi Ojeda y Elsa Ruiz Alvarado, acompañados del asesor del festival Jornan Huentelicán Soto, expusieron sus conclusiones de este evento organizado por la Agrupación Cultural Proa.

Es habitual que el jurado de un evento entregue sus resultados el día de la finalización. No es el caso del Festival de Cine Polo Sur Latinoamericano, ya que el denominado “Jurado del público” tiene una semana extra para poder dirimir a las producciones que se quedarán con el Ñirre, Bandera de la Patagonia. Así, se llega a una conclusión más meditada, en que pueden deliberar, sin el apuro del reloj, sobre los aspectos más destacados de las películas y cortometrajes que presenciaron. Esa es una de sus cualidades. Otra, es que, como su nombre lo indica, son parte de la audiencia, no necesariamente vinculados a las artes cinematográficas. 

Como la convocatoria es abierta, pueden formar parte de este jurado personas de diversos ámbitos o actividades, que pueden entregar una reflexión o un apunte más enriquecedor y cercano a lo que la comunidad observa y siente tras cada producción. 

La activista y artesana en Pewmaike, Olga Cárdenas Krautz, la poeta y escritora Patricia Cremaschi Ojeda y la profesora de Castellano Elsa Ruiz Alvarado, acompañados del asesor del festival Jornan Huentelicán Soto, compartieron sus conclusiones de este evento. 

“Esta ha sido la versión que ha tenido mayor concurrencia de público, sobre 60 personas, casi en todas las funciones, hasta 150, al menos, en tres funciones, lo cual para nosotros nos deja muy agradecidos”, expresó en primer lugar Huentelicán, que de ahí otorgó la palabra a las integrantes del jurado.

Olga Cárdenas apuntó que “decidimos enfocarnos en la parte humana y ambiental, para priorizar las películas, porque la verdad es que la curatoría que hace la productora, todas tienen un buen nivel, entonces es muy difícil discriminar, así que debimos priorizar. Por ejemplo, en el tema de ‘La fabulosa máquina de cosechar oro’, decidimos destacar la relación que tenía Jorge, el hijo que hace todo este proyecto para poder ayudar a su papá a tener una vejez más digna”.

En tanto, Cremaschi entregó su opinión sobre “Agua para la vida”, producción de Bolivia que se llevará un Ñirre. “Una comunidad se defiende porque ya no pueden tomar agua en el  pueblo. La película está hablada en quechua, que es muy bonito. Pero ellos están siendo envenenados literalmente con el agua que está contaminada, con la minería y muchas cosas que hay en la tierra, entonces nosotras sentimos que nos están pidiendo ayuda, al menos personalmente sentí eso”.

Para Elsa Ruiz, una producción llamativa fue una de las menciones honrosas, “Ensamble”, que “trata fundamentalmente de la cultura del pueblo chilote, que desde su llegada en 1843 ha estado construyendo Magallanes a través de su gente, de su pueblo, de sus trabajadores que básicamente son artesanos, constructores de barcos y de casas. Ellos han trabajado por todo este tiempo igual que hormigas. No es un trabajo así espectacularmente grandioso, sin embargo, si uno mira la ciudad puede ver perfectamente la huella que ellos han dejado. Esta película yo la escogí también, porque hay un trabajo de reconstrucción de la historia a través de diferentes personas entendidas en el tema que fueron dando sus razones por las cuales consideran este trabajo como muy importante, ya que uno no se imagina en realidad, cómo las familias fueron construyendo Magallanes”.

El corto de México,“Chica de fábrica”, otra mención honrosa, en opinión de Olga Cárdenas, “no la queríamos dejar afuera, porque ocurre que la violencia a la que están sometidas las mujeres, en casi todos los ámbitos de su vida, es algo que nos aqueja hasta el día de hoy. Y más aún este tema de que las mujeres tienen que incluso irse a otros países a conseguir un trabajo, porque en su país no pueden mantener a sus familias, tienen que soportar además, todo tipo de vejámenes, abuso sexual, trabajos indignos, sueldos que son precarios”.

Espacio para la reflexión

La conclusión principal a la que llegó la profesora Elsa Ruiz, es que “todas las películas y cortos contienen historias en que se muestran valores universales como el amor, la generosidad, la responsabilidad, el respeto y la búsqueda incesante del bienestar. Muchas veces, estos valores se ven enfrentados a los antivalores como la codicia, la explotación desmedida de los recursos naturales y cómo estos afectan a las comunidades. Pero además, las creaciones artísticas son un vehículo para la toma de conciencia y el desarrollo del espíritu crítico y del pensamiento. Las obras de arte nos hacen reflexionar, nos hacen ser distintos, a pensar en temas trascendentes”.

Cárdenas resaltó que esta es la esencia en cada edición del festival. “Todos los temas que se tocan producen eso, la controversia, la conversación, el tratar de despertar el pensamiento crítico. Al final tú dices, esta realidad tan lejana que puede verse como en México o Bolivia la sientes como propia. No es ajena a lo que uno vive o siente que ocurre en su mismo país, en su misma región. Y también alineado con temas medioambientales, temáticas de género, de infancia, derechos humanos, patrimonio”, finalizó.

Las tres siguieron descubriendo valores positivos de esta experiencia, que recomiendan a toda la comunidad, pues permite el intercambio de conocimientos, opiniones, y comunicar lo observado, a su entorno. Por ello, esperan que el festival siga creciendo y cuente con más apoyo.