¿El tiempo de China?
Sería prematuro hacer un balance del impacto en el orden mundial de las decisiones de Donald Trump. Pero es un hecho que ha puesto a prueba el sistema que surgió al final de la Segunda Guerra Mundial. La duda es si lo que ocurre será permanente o sólo temporal. En los últimos días, al conmemorarse los 80 años de la rendición de Japón, surgieron voces que celebran el nacimiento de un mundo multipolar. Es el resultado no deseado, de la arremetida en todos los planos del actual ocupante de la Casa Blanca.
En China, en lo que se puede considerar la reacción más importante, se reunió la Organización de Cooperación de Shanghai. El encuentro, según sus voceros, sería la confirmación de que ya estamos en una nueva era: la del Sur Global. La OCS se fundó en 2001 con la participacipación inicial de China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán. Subió a un nivel mundial con la incorporación de India y Pakistán en 2017 y de Irán, en 2022. En la actualidad es la organización regional más grande del mundo. Comprende el 40 por ciento de la población de la Tierra y en 2023 su Producto Interno Bruto (Pib) combinado era prácticamente un cuarto del Pib mundial.
Ahora, en gran parte debido a la ofensiva desatada por Trump, la OCS cree tener la fuerza suficiente como para plantearse en sus propios términos frente a Estados Unidos y Europa. La situación no es fácil: la Alta Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Kaja Kallas, no ha escatimado críticas, desde su protesta por el incidente en que al avión de Ursula van der Leyen le falló el sistema de orientación (el GPS) hasta la muerte de unos trabajadores humanitarios daneses en Ucrania, víctimas de un ataque ruso.
En la vereda del frente, las señales son más auspiciosas: China y Rusia, que en el pasado se disputaban su fidelidad al comunismo, se dan la mano. India, que mantiene todavía una disputa territorial con Rusia, se unió con entusiasmo al encuentro.
The New York Times describió en tono familiar la escena en la reunión de la OCS: “Los líderes de China, Rusia e India, las tres mayores potencias no alineadas con Occidente, sonreían y se reían como buenos amigos mientras se saludaban… el primer ministro de India, Narendra Modi, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, entran tomados de la mano en una sala de reuniones en la que hay otros líderes del mundo. Se dirigen directamente hacia el presidente de China, Xi Jinping, se dan la mano y forman un círculo. Intercambian algunas palabras antes de que los traductores se unan al grupo”.
Un par de días después, las muestras de cordialidad se repitieron en la capital china.
La ceremonia contó esta vez con el líder coreano Kim Jong-un. Empezó con una reflexión de XI: el mundo aún se enfrenta a “la elección entre la paz o la guerra”.
El espectacular desfile de 90 minutos incluyó drones submarinos, tanques, armas láser y aeronaves. Se exhibieron por primera vez los misiles nucleares intercontinentales DongFeng-5C con “alcance global”, según la agencia Xinhua, y los proyectiles de crucero ChangJian-20A, YingJi-18C y ChangJian-1000.
¿Conclusión?
Este encuentro “subraya la influencia de China sobre los autócratas como principal potencia autoritaria del mundo”, resumió Neil Thomas de la Asia Society.
Los nuevos tiempos han llegado, lo quiera Trump o no.




